El director de Salud Pública del Área 18. Juan Molina, hizo un balance positivo sobre como se acpta por parte de las entidades pública y privadas la Ley del tabaco. Asegura la respuesta es muy positiva y se están cumpliendo la normas puestas por el gobierno.
Cabe recordar que la guardia no se baja. Además los controles continúan en los establecimeintos y centros de trabajo. “Es importante ver como se está acoginedo”, destacó Juan Molina.
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Con el 2006 se aspira a decir adiós en España al cigarrillo una de las culturas más arraigadas en la sociedad española, que a partir de ayer quedó desterrado al ámbito estrictamente privado. El cambio fue muy criticado desde algunos sectores, sobre todo el hotelero. Sin embargo, recibió el apoyo de la mayoría de los ciudadanos (casi el 70%), entre ellos, muchos fumadores que esperan que las nuevas restricciones les proporcionen el impulso necesario para dejar, de una vez por todas, esta nociva adicción que cada año mata a 50.000 personas en el país.
La ley Antitabaco fue aprobada por el Parlamento el 15 de diciembre, con 297 votos a favor de los 350 legisladores de la Cámara Baja, ninguno en contra y cuatro abstenciones. Entró en vigencia ayer.
En restaurantes y bares de más de cien metros se podrá fumar pero sólo en áreas habilitadas para los fumadores, a las que no se dejará entrar a menores de 16 años. Es decir, los padres que vayan a comer con sus hijos y que fumen deberán renunciar al cigarrillo o a cenar.
El principal objetivo de la ley es que los menores no consuman tabaco. Las máquinas expendedoras de cigarrillos deberán estar situadas en el interior de los bares, restaurantes y hoteles. No se las podrá ver en la calle, ni en los vestíbulos, ni en pasillos, ni en ningún otro lugar de estas características. El objetivo de esta norma es que el propietario de la máquina vea siempre quién compra tabaco.