En Biar se han presentado dos proyectos de macrourbanización con campo de golf, separados del núcleo urbano y en zonas declaradas no urbanizables por el Plan General. El primero en Santa Aurelia (zona de la Argueña) con una previsión de 2234 viviendas y el segundo en el Derramador (cerca de los términos de Campo de Mirra y Cañada) para 1514 chalés.
En Abril de 2005, se acordó en el pleno del Ayuntamiento comenzar los trámites para la recalificación de los terrenos para la macrourbanización de Santa Aurelia. El pasado 22 de Diciembre comenzó el periodo de información pública, momento a partir del cual hay un mes para presentar alegaciones al proyecto. La población de Biar no dispone de suficiente información de todo lo que se le viene encima.
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LAS URBANIZACIONES CREAN MUCHOS PROBLEMAS A LA POBLACIÓN AUTÓCTONA
Biar será la pedanía de las urbanizaciones. Si se hacen las dos urbanizaciones previstas la población de Biar podría multiplicarse por 3 en pocos años. Si los recién llegados no se empadronan, tendremos que dar servivio a más de 10000 personas con infraestructuras para los 3600 habitantes actuales. Si se empadronan, las consecuencias pueden ser imprevisibles, porque la mayor parte serán estrangeros con costumbres muy diferentes a las nuestras. Como serán mayoría, pueden llegar a obtener la alcaldía y decidir el futuro del pueblo.
Los biarenses tendremos peores servicios sanitarios, educativos, etc. Las urbanizaciones supondrán un crecimiento de la población a un ritmo más rápido del que aumentan los servicios. El centro de salud, la oficina de correos, el colegio, el instituto, etc., se quedarán pequeños rápidamente. Por ejemplo, en Castalla desde que se están haciendo urbanizaciones no para de aumentar la lista de espera para ir al médico, llegando a dar cita para una semana más tarde.
Aumentará la delincuencia y la inseguridad ciudadana. Las zonas residenciales atraen a las mafias y a la delincuencia y por lo tanto, perderemos la tranquilidad que ahora disfrutamos.
Subirán los impuestos. Los ayuntamientos con urbanizaciones de chalés son los más endeudados. Por muchos impuestos que paguen los propietarios de los chalés, estos solo llegan a cubrir el 30% de los gastos que generan, ya que unas viviendas tan separadas suponen muchos metros de calles que arreglar y alumbrado que mantener, cuesta más recoger la basura, hace falta más policía, etc. Al final, acaban subiendo los impuestos en todo el municipio.
Subirán los precios. La llegada de población estrangera con un alto poder adquisitivo provoca un aumento desorbitado de los precios, y en especial el de la vivienda.
Perderemos de manera acelerada nuestra cultura, fiestas, tradiciones y lengua. Por todos es sabido que la colonia británica no suele hacer demasiados esfuerzos para integrarse; si queremos hacernos escuhar tendremos que hablarles en inglés.
Habrá un fuerte impacto ambiental. Se destruirá el paisaje tradicional y el ecosistema agrícola actual, que sustenta la poca fauna que nos queda: si desaparece el hábitat de los conejos y las perdices tampoco habrá comida para las especies que se alimentan de ellos, como las águilas. Por otro lado, los riegos continuados, unidos al aporte de fertilizantes y plaguicidas que requiere un campo de golf, generan un riesgo importante de contaminación de los acuíferos.
Tendremos restricciones de agua. El aumento exagerado de la población, el enorme requerimiento de agua de los chalés (con piscinas y jardines), y el riego de los campos de golf supondrán que el consumo de agua de dispare. Tal como dicen los informes de la Universidad de Alicante y la Diputación Provincial, corremos el peligro de agotar los acuíferos y quedarnos sin agua. Muchas poblaciones costeras con urbanizaciones sufren restricciones todos los veranos, hasta en comarcas como la Marina Alta donde llueve el doble que en Biar.
A pesar de todos estos inconvenientes, hay personas con importantes intereses económicos o de otro tipo que quieren convencernos de la bondad de las macrourbanizaciones, pero su principal argumento es que habrá trabajo para todos.
LAS URBANIZACIONES NO DARÁN TRABAJO A LA GENTE DE BIAR
Las urbanizaciones generan muy poco trabajo en comparación con otras actividades enconómicas. Además, el poco empleo que producen suele ser muy precario, generalmente trabajo temporal y mal pagado.
La industria produce muchos más beneficios que las urbanizaciones y ocupa mucho menos terreno. Aún así, el polígono de Biar lleva años esperando una ampliación y muchas empresas interesadas en instalarse aquí se han marchado a otros pueblos cercanos.
Respecto al turismo, está comprobado que los hoteles generan en España un impacto sobre la economía local 7 veces superior al generado por las zonas residenciales. (Informe de Exceltur, lobby que agrupa a las principales empresas turísticas españolas, publicado en el diario Levante el 23-10-05).
Las urbanizaciones pronto se convierten en guetos de estrangeros donde la gente de los pueblos no tiene posibilidades de acceder con sus negocios. Tienen sus tiendas con productos etiquetados en inglés o alemán. En nuestro caso, como están muy separadas del núcleo urbano, no vendrán a comprar a Biar, sino que lo harán en los centros comerciales. (Solo hace falta acercarse al Carrefour de Petrer para comprobar que está lleno de estrangeros).
Los albañiles, fontaneros y electricistas de Biar no tendrán trabajo en las urbanizaciones. De la obra se encargan las grandes constructoras y, si hacen falta reformas posteriores, los nuevos propietarios suelen buscar a empresas foráneas especializadas en ofrecer todos estos servicios a las zonas residenciales.
Vendran más inmigrantes de paises subdesarrollados a buscar empleo. Ocuparán muchos de los puestos de trabajo que puedan crearse, ya que se trata de personas con una situación muy difícil que se ven obligadas a trabajar en condiciones más duras y por menos dinero que nosotros.
En resumen, las macrourbanizaciones con campo de golf supondrán un gran beneficio para los promotores, los constructores y los propietarios, pero la gente de Biar ganará bien poco y sufrirá todos sus inconvenientes. Está claro que alguien quiere hincharse los bolsillos a costa de nuestro futuro y hay quien está decidido a malvender el pueblo.
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