El juzgado de lo Mercantil número 1 de Valencia hizo pública ayer la sentencia que desestima la demanda presentada por Andrés Martínez, presidente de la Junta Central de Usuarios del Júcar-Vinalopó, contra la empresa estatal Aguas del Júcar por la suspensión el 29 de julio de 2005 de las obras de los tramos 2, 3 y 4 del trasvase.
En el video que le mostramos, podrán escuchar al Consejero delegado de Aguas del Júcar, José María Marugan, en un tono “distendido”, valoró con satisfacción, el dictamen.
“Creo que tenemos que ir remando con el mismo sentido, hay que dejar las políticas y las críticas. Creo que Villena está de enhorabuena, en el 2008 llegará agua de calidad y a un coste bajo. Valoro que esta sentencia es un tirón de orejas para Andrés Martínez”.
Tras escuchar a ambas partes en el juicio celebrado el pasado 22 de marzo, el juez estima que Aguas del Júcar tiene potestad para tomar esta decisión y que lo hizo para ahorrar costes.
HAZ CLICK AQUÍ PARA VER EL VÍDEO
El Ministerio de Medio Ambiente presentó el 28 de julio de 2005 una propuesta de trazado alternativo para el trasvase trasladando la toma del agua de Cortes de Pallás a Cullera, que sería estudiada durante dos meses para determinar su viabilidad. Finalmente, Medio Ambiente optó por modificar el proyecto justificando que adelantaría plazos de ejecución y aportaría más agua a la provincia de Alicante. Algo que rechaza la Junta Central de Usuarios debido a la mala calidad del agua en Cullera y, según los usuarios, la imposibilidad de pagarla al haber quedado fuera los abastecimientos.
La paralización fue denunciada por el presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó y ex consejero de Aguas del Júcar, Andrés Martínez, al considerar que la sociedad pública no tenía potestad para decidir sobre la misma. Sin embargo, el juzgado de lo Mercantil considera que Aguas del Júcar tiene competencia para adoptar esta decisión, la cual se tomó atendiendo a criterios de «eficiencia» para evitar los «ingentes gastos económicos» que conllevaba la ejecución de las obras cuando «no constaba con certeza» de cuál iba a ser la decisión definitiva del Gobierno sobre el trazado del trasvase. Finalmente se optó por cambiar la toma alegando, entre otras razones, el mayor consenso obtenido en la cuenca cedente.