1ª MESA: PÓLVORA Y ARCABUCERÍA
Moderador: Joaquín Marco Sanjuán. Intervienen: José Luis Mansanet Ribes, Eugenio Marco Tristán y Abraham Serrano Martínez. Se habló de la pólvora y arcabucería desde el punto de vista legal y desde el punto de vista técnico y de seguridad.
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Teniendo en cuenta que la legislación actual no se cumple y se permite disparar los arcabuces sin tener en cuenta lo establecido por la Ley de Armas, es conveniente procurar que la legislación sobre armas sea la adecuada y tenga en cuenta las fiestas de moros y cristianos.
Se debe limpiar el arcabuz cada dos años llevándolo a un armero, hay que obtener un certificado de limpieza expedido por empresa autorizada, y se le debe exigir al armero que lo expida.
Hay que solicitar que se homologuen las cantimploras de la pólvora y las pruebas de los pasadores para verificar su funcionamiento
Los arcabuceros deben tomar las precauciones necesarias para evitar daños y hay que realizar un plan de medidas de seguridad y previsión.
Las previsiones que hay que tomar para que no se produzcan accidentes son: utilizar tapones homologados, proteger las manos con guantes de piel, proteger los ojos con gafas especiales adecuadas para ello, proteger la cabeza con un gorro o pañuelo y llevar ropa de algodón en contacto directo con el cuerpo, que es menos inflamable y perjudicial que los tejidos sintéticos.
2ª MESA: FIESTAS
Moderadora: Conchi García Belmonte. Intervienen: Vicente Rodes Amorós, Mateo Marco Amorós, Ginés Pardo García y Francisco Martínez Tomás. Se habló de las escuadras especiales y los bloques de las comparsas de Villena, de la parte religiosa de las fiestas y del comportamiento de los festeros.
La Entrada tiene que ser digna por parte de los festeros y se le tiene que dar variedad, hay que motivar también a los jóvenes, y las instituciones tienen que ser más severas para evitar la reprobable imagen que se da en los desfiles.
La fiesta-diversión y la fiesta-espectáculo son compatibles, tiene que predominar el sentido de lo colectivo, y no el individualismo, así como el afán de mejorar las fiestas para ser ejemplo para los pueblos vecinos, como ha ocurrido históricamente.
La característica principal de los desfiles de Villena es el desorden y el mal comportamiento de los festeros y el aburrimiento que esto produce en los espectadores.
No es necesario cambiar cosas en fiestas para solucionar sus problemas, sino simplemente organizar mejor los actos festeros, principalmente los desfiles.
Hay que cambiar la actitud de los representantes de las comparsas ante la Junta Central de Fiestas, cambiando el individualismo por el esfuerzo colectivo para trabajar por las fiestas y no sólo por la propia comparsa.
Tiene que haber una toma de posición ante la indisciplina en la fiestas por parte del Ayuntamiento, de la Junta Central de Fiestas y de las comparsas, disminuyendo la permisividad y endureciendo las sanciones. Dichas sanciones no deben ser aisladas por parte de las comparsas, sino conjuntas, ya que el festero sancionado tiende a cambiar de comparsa sin cambiar de actitud.
La figura de la Mahoma debe conservarse en las fiestas de Villena porque se la trata con respeto y es un símbolo identitario y antiguo en nuestras fiestas, porque la comunidad musulmana de Villena no considera ofensiva para los musulmanes la efigie de Mahoma y porque dentro del propio islam hay corrientes que han realizado imágenes de Mahoma y, por tanto, el hecho de que los musulmanes no tengan representaciones religiosas no constituye ningún problema.
Se debería nombrar la figura del asesor religioso en la Junta Central de Fiestas.
Se debería fomentar la participación de los jóvenes en la organización de las fiestas y en las tareas internas de las comparsas.
3ª MESA: EMBAJADAS Y EMBAJADORES
Moderador: Ernesto Pardo Pastor. Intervienen: Jorge García Ferre, Pascual Torres Beltrán, José Antonio Esquembre Bebía y Antonio Pardo García. Se habló de la historia de las Embajadas, la reglamentación por la Junta Central de Fiestas y por las comparsas de Moros Viejos y Cristianos, y de la pertenencia de los embajadores a estas dos comparsas.
Las embajadas son el legado de nuestros antepasados festeros y no se hacen mal.
Están reguladas en el reglamento de la Junta Central de Fiestas de 1984 y son competencia de las comparsas de Moros Viejos y Cristianos.
La propuesta de que pudieran participar personas de todas las comparsas como embajadores, con un examen previo para que se representaran de una manera profesional, y de que los boatos fueran de todas las comparsas con rotación anual, no tuvieron aceptación.
Las comparsas de Moros Viejos y Cristianos tienen asumido el gasto de las embajadas y lo hacen con mucho gusto.
Los textos de las embajadas de la Conversión de Villena son inamovibles, se deben mantener los textos actuales, ya que son los más antiguos de los que se representan actualmente en las poblaciones festeras. La Junta Central de Fiestas debe regular el tema para que nadie pudiera modificar los textos, ni siquiera añadiendo o eliminando versos.
Las embajadas son manifestaciones del teatro popular, y no tienen una finalidad comercial ni de espectáculo, aunque hay que procurar que se representen con la mayor calidad y la mayor dignidad que sea posible.
Las embajadas están bien y gozan de muy buena salud. Lo que hay que solucionar es lo que realmente es un problema, no lo que no lo es, y las embajadas no son un problema actualmente. Por eso, hay que dejar de hablar de los cambios en las embajadas y los boatos porque, en las fiestas de Villena, hay otros problemas más importantes que sí que habría que cambiar.
Las instituciones como el Ayuntamiento y la Junta Central de Fiestas deben orientar las inversiones necesarias en el castillo para que la explanada reúna las condiciones idóneas para representar las embajadas. Asimismo, deben asumir los gastos necesarios para la promoción interna y externa de las Embajadas y la Conversión con el fin de mejorar la imagen de nuestras fiestas en el exterior.
4ª MESA: LA MÚSICA FESTERA
Modera: Salvador Castelo Pardo. Intervienen: Antonio Milán Juan, Pedro Ángel López Sánchez, Gaspar Ángel Tortosa Urrea, Luis Abellán Navarro, Manuel Díaz Sánchez y Nicolás Mateo Bernal. Se habló sobre los problemas que tiene la música festera y las bandas de música en las fiestas de moros y cristianos de Villena.
La Junta Central de Fiestas y las comparsas deben defender la música de Villena, favoreciendo la variedad musical en los desfiles y la interpretación de obras compuestas para Villena. Las comparsas deben tener, además, su identidad musical, exigiendo a las bandas de música que interpreten las obras que han sido compuestas para ellas, como ocurre actualmente con algunas comparsas. Hay que interpretar, catalogar y difundir nuestra música festera, tanto en los desfiles como en los conciertos y las grabaciones que se realicen.
Debido a la importancia que tiene la música en las fiestas de moros y cristianos, las directivas de las comparsas deberían elevar la dotación presupuestaria para las bandas de música. Es un error querer abaratar las fiestas a costa de la música.
Al contratar las bandas de música, las comparsas deben exigirles las composiciones que han de interpretar, la uniformidad de los músicos, la forma de desfilar para que los músicos marquen el paso, que sepan tocar las obras dedicadas a cada comparsa y que ensayen las obras que se les encarguen para que las puedan interpretar correctamente en los desfiles. Las comparsas deberían exigir a las bandas de música, al menos, 35 o 40 músicos, buscando el equilibrio instrumental de las bandas. Los contratos deben realizarse con la suficiente antelación para permitir el ensayo del repertorio. Es en el momento del contrato cuando se les debe exigir a los músicos teniendo en cuenta que, si no se les paga bien, no se les puede exigir.
En la Fiesta del Pasodoble, como su propio nombre indica, se deberían interpretar sólo pasodobles, y no marchas cristianas ni marchas moras, y la Junta Central de Fiestas debería establecer qué tipo de pasodobles se han de interpretar.
En la procesión, se deberían utilizar bandas de música, en vez de bandas de cornetas y tambores, deberían interpretar marchas de procesión y las comparsas deberían dedicar el presupuesto suficiente para poder hacer frente a los gastos correspondientes. Sólo se deberían utilizar las bandas de cornetas y tambores para reforzar las bandas de música.
Se debe publicar un programa en el que figuren las bandas de música que participen en los desfiles y las obras que vayan a interpretar, cuidando el repertorio para que no se repitan las mismas obras en cada desfile. Se deberían impedir los dobletes de las bandas de música oficiales de las comparsas.
La Junta Central de Fiestas debería nombrar un asesor musical, que se coordinara con los delegados de bandas de las comparsas para llevar a la práctica las conclusiones anteriores.
La Junta Central de Fiestas y las comparsas deben estudiar la forma de desfilar, más despacio y evitando las detenciones repentinas y las arrancadas súbitas. Los cabos deberían colaborar para evitarlas, ya que esta forma de desfilar y la velocidad excesiva perjudican a las bandas de música y a la forma interpretar la música. Hay que desfilar, en definitiva, de forma que todos disfruten, los festeros, el público y los músicos.
5ª MESA: LA JUNTA CENTRAL DE FIESTAS
Modera: Miguel Ortuño Ortuño. Intervienen: Clemen Sirera, Primitivo Gil Saúco, Antonio Gómez Torres, Fernando Calvo Tomás y Javier Ferrándiz. Se habló sobre la organización y funcionamiento de la Junta Central de Fiestas.
Sobre la figura del delegado en la Junta Central de Fiestas, existen dos posturas distintas. Para unos, los delegados son vitales en la Junta Central de Fiestas porque son el enlace con las comparsas, pero habría que definir mejor sus funciones. Para otros, ralentizan el funcionamiento de la Junta Central de Fiestas al ser un enlace indirecto con las directivas de las comparsas y a veces las personas que ocupan este cargo no son las más idóneas. Por eso, para ellos, la Junta Central de Fiestas debería funcionar con el presidente y una junta directiva, que tomarían las decisiones menos importantes, mientras que las más importantes las tomarían los presidentes de las comparsas y los delegados se limitarían a organizar los desfiles del 4 al 9 de septiembre.
A los jóvenes no les preocupa la organización de las fiestas, ni siquiera de sus propias comparsas. Su única preocupación es pasarlo bien. A esta situación se ha llegado porque a las directivas de las comparsas sólo les ha preocupado desde siempre aumentar sus ingresos económicos aumentando el número de festeros pero no formar a los jóvenes y transmitirles las esencias y tradiciones de nuestras fiestas. Esta actitud de los jóvenes refleja lo que es un problema social, porque actualmente no quieren tener responsabilidades en ningún tipo de asociaciones.
El Ayuntamiento debería implicarse más en la seguridad durante las fiestas, aumentando la dotación policial y pidiendo refuerzos a otras ciudades con las que colabora cuando se celebran sus respectivas fiestas.
El Ayuntamiento ha ido asumiendo diversos capítulos económicos de las fiestas en las últimas décadas. Sin embargo, su aportación económica a las fiestas de Villena se considera que es insuficiente porque son las fiestas patronales y, como tales, tienen la suficiente importancia para que dotara adecuadamente esta partida presupuestaria. Por esa misma razón, debería asumir los gastos de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), igual que hace en las demás fiestas como el Carnaval, los Reyes o la Semana Santa, por ejemplo.
6º MESA: FIESTAS, ACTITUD DE LOS FESTEROS, MASIFICACIÓN Y POSIBLES CAMBIOS.
Modera: José García García. Intervienen: Mª Dolores Vargas Llovera, Ángel Pérez Martínez, Tomás Baenas Tormo, Francisco Hernández Marín, José Palao Pérez y Pedro Muñoz Navarro. Se habló sobre el comportamiento y las actitudes de los festeros, los problemas que conllevan, la masificación y los posibles cambios que se podrían realizar en el programa de Fiestas.
Las Fiestas de Villena son parte de nuestra identidad y de nuestra cultura, son diversas y plurales, y, por la misma definición de fiestas, son trasgresoras de las normas sociales y rompen el orden social establecido. Son participativas e integradoras, y patrimonio común heredado donde cabe el disfrute, siendo los desfiles el escaparate de nuestras Fiestas.
Los desfiles son un espectáculo muy bello, pero se ve perjudicado por el comportamiento incorrecto de los festeros, el cual perjudica la calidad escénica y estética de los mismos. De esta forma, la imagen externa de nuestra ciudad se ve afectada negativamente.
Se propone que el Ayuntamiento, Junta Central de Fiestas y Comparsas regulen, aunando criterios, la aplicación de medidas disciplinarias encaminadas a corregir las actitudes y comportamientos negativos por parte de los festeros. Los sancionados y expulsados de las comparsas no podrán inscribirse en otras distintas, ni participar en ellas. Por ello, sería conveniente crear una base de datos en la Junta Central de Fiestas en la que figure, además de las deudas económicas contraídas, las sanciones y faltas que hayan tenido en las comparsas de procedencia.
Se recomienda la aplicación, por parte de las comparsas, de sus propios estatutos para corregir el comportamiento de los festeros y aplicar las correspondientes sanciones, ya que los directivos de las comparsas sienten muchas veces impotencia y resignación ante las actitudes provocadoras y agresivas de algunos festeros.
Se aconseja el diseño de un proceso de estudio y debate para mejorar los desfiles de las Fiestas de Villena, buscando la mentalización y la concienciación del festero.
Teniendo en cuenta el gran perjuicio que conlleva la ingesta de alcohol y otras sustancias nocivas, se recomienda la eliminación total de botellas y otros recipientes de bebidas alcohólicas durante los desfiles y demás actos festeros.
El incremento del número de festeros en las Fiestas de Villena se debe al mayor nivel de vida que disfruta la población, y no a un incremento demográfico de la misma. La masificación no es un problema en sí mismo, sino un valor de nuestras Fiestas y un motivo de orgullo de los festeros y festeras de Villena. Sólo afecta, en realidad, a La Entrada y a La Cabalgata, pero no al resto de los actos festeros.
El aburrimiento y el cansancio que sufren los espectadores en los desfiles de Villena no es debido a su larga duración, sino a los cortes que se producen, a la irresponsabilidad de un sector de los festeros y a la falta de respeto hacia el público que les observa.
Se considera que no es necesario efectuar cambios en el programa de actos, sino únicamente pequeños ajustes de horario y de organización interna de las comparsas. No hay que cambiar los actos, solo hay que cambiar las actitudes.
Remitido por:
JUNTA CENTRAL DE FIESTAS