La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA-PV) ve como un avance el aplazamiento de la reforma de la Organización Común del Mercado del vino adoptada ayer en Bruselas, pero recuerda que no aceptará una reestructuración salvaje del sector, tal y como se planteaba en el primer borrador, ya que en todo caso el arranque de viñas debe ser voluntario.
En este sentido, para la UPA-PV es importante que se elimine de la nueva propuesta la clara intención liberalizadora de la propuesta inicial que, en caso de mantenerse, tendría unos efectos inmediatos con la salida del sector de un elevado número de pequeñas y medianas explotaciones vitivinícolas familiares, en beneficio de otro tipo de explotaciones de tipo más empresarial.
Por ello, en la nueva negociación se impone promover la vertebración del sector, fomentando la adopción de medidas, que mejoren las estructuras productivas y comerciales, con el objeto de llegar a un equilibrio entre la oferta y la demanda, y, preservar la viticultura de zonas sensibles por razones sociales y medioambientales.
En definitiva, como ha ocurrido con las últimas reformas sectoriales, lo que va a estar en juego en los próximos meses es el futuro del sector, que en nuestro caso incluye, tanto la actividad de las explotaciones vitícolas, como toda la economía del vino que actúa como verdadero motor de desarrollo en determinadas comarcas del interior de la Comunidad Valenciana.
Por último, es importante que se fomente y potencie la mejora en la calidad y en la comercialización de nuestros vinos, de forma que sus efectos repercutan directamente en la economía de los viticultores, garantizando unas relaciones contractuales, cuyo fin sea garantizar unos precios dignos a los viticultores. Por lo que UPA-PV es favorable al mantenimiento de la prohibición de nuevas plantaciones.