El Rey, en su Mensaje de Navidad, pidió esta noche a los partidos que sosieguen la vida política y trabajen “con espíritu integrador”, y recordó el “deber y la responsabilidad” que instituciones y fuerzas democráticas tienen para, “juntos”, poner fin al terrorismo.
“Tenemos -dijo- el deber y la responsabilidad de lograr la unidad y la cohesión para desplegar todos los esfuerzos que nos permitan alcanzar, juntos, el objetivo irrenunciable de poner fin al terrorismo, dentro del pleno respeto a nuestra Constitución”.
Entre constantes llamamientos a la unidad y al consenso, “fundamento de nuestros principales logros”, don Juan Carlos se dirigió a los españoles en los momentos previos a la gran celebración familiar de la Nochebuena para, como el año pasado, recordarles que “somos una gran Nación”, de la que “todos podemos sentirnos orgullosos”.
Como ha hecho durante el año que ahora finaliza en muchas de sus intervenciones públicas, el Rey volvió a hablar esta noche de la Constitución, “de todos y para todos”, y aprovechó la ocasión para tratar otros asuntos de actualidad, como la inmigración ilegal, el urbanismo, la educación, los problemas de la juventud o la defensa del medioambiente.
En su tradicional Mensaje de Navidad, el Rey pidió “una vez más” a instituciones y partidos políticos que “contribuyan, mediante el más amplio consenso y el apoyo del conjunto de la sociedad, a asegurar la mejor solución a las principales preocupaciones de los ciudadanos”, siempre desde el marco de “nuestra” Constitución.
Es el momento, según el Rey, de “redoblar esfuerzos” en esa dirección, “desde el respeto mutuo, con un diálogo sincero y responsable”, porque es además lo que “la gran mayoría” de los ciudadanos esperan “de sus instituciones y legítimos representantes”.
Todo ello sin “renunciar” a las “propias convicciones”, y desde la necesidad de “concentrarnos en todo aquello que nos une para -dijo- buscar el acuerdo en lo esencial” y siempre “al servicio de un futuro cada vez mejor para España”.
Un futuro que merece “una dedicación diaria por parte de todos y cada uno de nosotros”. “Soseguemos -recalcó- la vida política y trabajemos con espíritu integrador”.
La Constitución ofrece a tal fin un marco “amplio y generoso”, pues “asegura la convivencia en libertad de todos los españoles, el pleno ejercicio de nuestros derechos y la pacífica defensa de cualquier opción política”.
Una Constitución que es “garantía de armónica convivencia” y que “debe ser correspondida -afirmó- con el respeto a sus reglas como expresión de la voluntad popular”.
En ese marco democrático la “única” respuesta a la extorsión, la coacción y la violencia “es la que resulta -dijo- de la primacía de la Ley y del Estado de Derecho”.
Don Juan Carlos habló del “objetivo irrenunciable” de poner fin al terrorismo, “dentro del pleno respeto” a la Constitución. Fue entonces cuando recordó que todos, instituciones y partidos políticos democráticos, “tenemos el deber y la responsabilidad de lograr la unidad y la cohesión para desplegar todos los esfuerzos” que permitan alcanzar “juntos” dicho fin.
El Rey tuvo un recuerdo para las víctimas de “la profunda crueldad” del terrorismo, a las que “debemos nuestro respeto, afecto, apoyo y solidaridad”.
Al iniciar su Mensaje de Navidad, y de cara al Nuevo Año, el monarca había advertido de la necesidad de tomar conciencia “de lo mucho que juntos hemos avanzado” en las últimas décadas y “del enorme potencial que, trabajando unidos, España encierra para nuestro futuro”.
“Nunca -advirtió- habíamos conseguido recorrer un periodo tan largo e intenso de paz, estabilidad, progreso y bienestar, en democracia y libertad”.
Y es que “unidos”, continuó, “hemos alcanzado una modernización sin precedentes en nuestra Historia”, aunque “no debemos ni podemos dar por sentados los avances que juntos hemos logrado con gran esfuerzo y sacrificio, atravesando incluso -afirmó- momentos de intenso dolor y sufrimiento”.
Para el Rey, las “claves” que explican la modernización de España están en la “reconciliación, la concordia, la generosidad y la común voluntad de construir una España democrática, moderna, unida y respetuosa de su rica diversidad”.
Todo ello en torno a una Constitución “de todos y para todos”, producto del “más amplio consenso entre los españoles”, que ya en su día, hace casi tres décadas, hizo posible la Transición.
El Rey tiene “plena confianza” en el futuro de España, “porque -insistió- tengo confianza en todos los españoles”, en todos los hombres y mujeres “de cada uno de nuestros pueblos, ciudades y Comunidades Autónomas”.
“Sigamos adelante. Con orgullo y autoestima, sin caer en el desánimo y, menos aún, en la indiferencia”, afirmó el Rey, para quien debemos estar “profundamente convencidos” acerca de “nuestras posibilidades”, “respetuosos con nuestra diversidad, sin perder nunca -insistió- las unidad que nos da la fuerza y la dimensión necesarias para el progreso”.
En el “afán diario por construir juntos una España siempre mejor”, nunca faltará el “impulso moderador e integrador” de la Corona, su “plena entrega y mejor voluntad de servicio” a los españoles.
Tarea y dedicación que, recordó el Rey, tienen en el Príncipe de Asturias “la mejor garantía de futuro”.
Agencia EFE