Se trata de un abanico uchiwa, compuesto por un mango y una pantalla fija no plegable. La pieza presenta en una de sus caras el texto “Cotillón del 93” junto al escudo y sello de la Sociedad Valenciana de Agricultura. Esta entidad representativa de la aristocracia valenciana del siglo XIX, fue resultado de la fusión del antiguo Casino de Valencia con el Casino de la Agricultura. Este abanico en cuestión pertenece a la fiesta del Cotillón de 1893, que se celebró en el pabellón de esta entidad en la Feria de Julio de la Alameda de Valencia. Estas noches de baile y entretenimiento fueron una de las principales atracciones de la feria, con una gran concurrencia de personajes de la alta sociedad valenciana.
La pieza se encontró de forma ocasional en el interior de un aparador procedente de la Casa Conejo, antigua residencia de verano de la familia Selva, y su presencia viene a confirmar la participación de esta poderosa familia de la nobleza villenense en estas fiestas de cotillón organizadas por la Real Sociedad Valenciana de Agricultura. Y así, mediante estos vínculos con la aristocracia valenciana del arroz y la naranja, se estableció un canal de difusión por el que se transmitieron hacia Villena las tendencias artísticas vinculadas con el modernismo y relacionadas con el exotismo de la cultura oriental.
Las casualidades han hecho que, precisamente un libro donado a su biblioteca, presente en su portada el mismo sello de esta institución centenaria que aparece en el abanico restaurado. Interesante, ¿verdad?