Las primeras noticias sobre el pocico datan del año 1702 según acuerdo del Ayuntamiento por el que se concede permiso a Lorenzo Carrión, vecino de la villa, para construir un pozo de hielo detrás del picacho de la peña de la villa que es de sombría. Estuvo en funcionamiento durante los siglos XVIII y XIX. El hielo que se conservaba en este pozo se utilizaba para el transporte de pescado, la conservación de alimentos, rebajar la fiebre y las inflamaciones, refrescar agua y vino, o la fabricación de helados.
Durante la década de los 70 del siglo pasado se reestructuró el edificio para acondicionarlo como museo festero, terminado en 1976 con aportaciones del Ayuntamiento, la Dirección General de Bellas Artes, el Ministerio de Información y Turismo y la Diputación de Alicante. Se inauguró en 1977. Sin embargo, la humedad de la zona lo hizo inviable como museo, demoliendo toda la estructura añadida y encontrándose en el interior tan solo ruinas.
Fotografía de Sax Digital