22-diciembre-2023.- Agentes de la Policía Nacional han llevado a cabo un operativo en el que se han practicado dos registros domiciliarios, intervenido un machete de unos 60 centímetros de largo, una pistola simulada, 10.395 euros en efectivo, guantes de látex y mascarilla, de los utilizados por los detenidos en los hechos, un datafono, así como una cartilla de banco y un teléfono móvil propiedad de dos de sus víctimas. Siete han sido las detenciones practicadas durante todo el dispositivo.
Agentes adscritos al Grupo de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Brigada Provincial de Alicante, apoyados por el Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Policía Nacional en Alcoy, han desarrollado una investigación durante meses en la que se ha investigado la actividad ilícita de una organización criminal dedicada a la comisión de estafas por el método del “revisor de la luz”.
Inicio de la investigación
A principio del pasado mes de junio del presente año, una mujer de casi 80 años de edad se presentó en la Comisaría de Policía Nacional en Alicante manifestando haber sido víctima de un engaño. Según manifestaba la víctima, al tratar de acceder al edificio donde tiene la vivienda, un varón que se encontraba en el rellano le manifestó ser empleado de mantenimiento de electricidad y convenciéndola para acceder al propio domicilio con la excusa de revisar algún aparato eléctrico, le exigió el pago del alquiler del contador, accediendo la perjudicada a teclear el número pin de su tarjeta de crédito en lo que parecía ser un dispositivo TPV. Segundos después y ante una distracción momentánea de la octogenaria, el supuesto “revisor de la luz” desapareció sin decir palabra, eso sí, la anciana observó cómo minutos después se realizaron dos extracciones en su cuenta bancaria de un valor total de 900 €, además de que le habrían quitado el terminal móvil.
Modus operandi
Gracias a la amplia experiencia de los investigadores, rápidamente supieron que se trataba de la ya conocida estafa del “revisor de la luz” y tras analizar decenas de denuncias en las que se ponía en conocimiento hechos similares, se pudo concluir que el modus operandi empleado por los investigados sería en un primer momento la captación de las futuras víctimas, hecho que se originaba en supermercados, mercados o zonas transitadas por personas de avanzada edad, donde vigilaban, seleccionaban a sus víctimas y las seguían hasta sus domicilios.
Acto seguido, tocaban a la puerta y haciéndose pasar por empleados de mantenimiento de electricidad o comercial del bono social de electricidad, convencían a sus víctimas para que les franquearan el acceso a la
vivienda donde proseguían con su “teatrillo” fingiendo comprobar el consumo de un frigorífico o el estado de contador o fusibles.
Mientras tanto van ganando la confianza de la víctima que finalmente cree que se encuentra ante un verdadero trabajador de mantenimiento de electricidad y consiguen que esta les teclee el número pin de su tarjeta de crédito o libreta bancaria que previamente habrían sustraído en un descuido del anciano o anciana. En ocasiones los autores también sustraían aparatos electrónicos como teléfonos móviles o el dinero metálico que encontraban por el domicilio.
Otras veces, los miembros de la organización amenazaban a los ancianos con cortarle el suministro eléctrico, para que realizaran los abonos, algunos de ellos se realizaban en metálico y uno de ellos llegó a pagar hasta 400 €, por miedo a quedarse sin calefacción en pleno invierno.
Cabe destacar que, cuando las víctimas mostraban algún tipo de desconfianza, los autores simulaban una llamada telefónica al hijo o hija de los ancianos para que hablara con ésta y la convenciera del correspondiente pago, cuando en realidad los ancianos estaban hablando con otros miembros de la organización que se hacían pasar por los familiares.
Recopilación de hechos
Las gestiones de indagación realizadas por los investigadores concluyeron que muchas de las denuncias interpuestas en la provincia alicantina, en las que se ponían de manifiesto hechos similares, fueron
cometidos por un grupo de personas interrelacionadas entre si y perfectamente coordinadas con reparto claro de funciones, mientras unos se hacían pasar por revisores de la luz, otros realizaban las extracciones en la sucursal bancaria o captaban a nuevas víctimas en el supermercado del barrio.
Alrededor de una veintena de hechos, son los que la UDEF de Alicante ha podido vincular a esta organización criminal, si bien se siguen llevando a cabo gestiones para probar su autoría en casi un centenar más de hechos cometidos en toda la Comunidad Valenciana con el mismo “modus operandi”. En cada uno de los hechos, los detenidos lograban un beneficio económico de entre 600 y 1.200 €.