El pasado día 27 y con una espesa niebla que presagiaba un día maravilloso por soleado, asistí al Instituto Azorín de Yecla para dar una conferencia a sus alumnos sobre la Guerra de la Independencia Española 1808-1814; la invitación me la cursó mi buen amigo el profesor de historia don Fernando Ríos Soler. Cada vez que voy a un instituto, sea el que sea, siempre me pasa lo mismo: es como si volviese una vez más a nuestro Hermano Amorós del que tantos recuerdos atesoro.
Tras la preceptiva y obligatoria presentación, abrimos fuego y pregunté a los alumnos si alguno me podía decir qué era la guerra; la pregunta, maliciosa donde las haya, fue respondida por una alumna con cierta soltura sin saber que a esa misma pregunta y al intentar responderla, los escritores de todas las épocas han escrito volúmenes enteros de cientos de páginas… con más o menos fortuna. La guerra es la mayor de las salvajadas que el hombre puede hacer y es cíclica: la ha habido antes, ahora y desgraciadamente la habrá, me temo, hasta el fin de la humanidad. La guerra es consustancial al ser humano y a día de hoy, por unas u otras vomitivas razones, no nos abandona. El objetivo de esta conferencia era mostrarles a los alumnos unas pinceladas de una guerra cualquiera para así, al conocer cómo es y se desarrolla, intentar que las generaciones venideras no cometan los mismos errores que sí cometieron nuestros abuelos, bisabuelos y ancestros en general.
Acto seguido y en relación a la anterior pregunta, expuse someramente con cinco piezas originales, la evolución de la bayoneta al ser este tipo de arma blanca una de las presentes en la Guerra de la Independencia; los oyentes, por cierto, además de sorprendidos al ver los aceros relucir, vieron colmada una de esas preguntas que no se habían planteado en la vida y posiblemente, no se iban a plantear nunca.
El siguiente paso fue entrar de lleno en la mencionada guerra, explicando su desarrollo siempre de lo general a lo particular, para que los alumnos no se perdiesen en el desarrollo de la conferencia; monarquías española y francesa, Revolución Francesas, república, Napoleón, España como sierva del vecino francés, el Bloqueo Continental a Inglaterra, invasión de Portugal, alzamiento del 2 de mayo de 1808, 1809-1812 y las operaciones militares de 1813 por toda la provincia y zonas aledañas.
Después de una hora de conferencia y justo antes de terminar, observé que ninguno de los alumnos se había quedado dormido por lo que la operación, modesta si se quiere en las formas pero no en el fondo, había concluido con éxito y podía estar razonablemente contento.
Una maravillosa jornada que tendrá continuidad en 2017, al ser su fin de lo más instructivo: hay que conocer la guerra en toda su crudeza para que nuestros hijos no cometan los mismos errores que antes otros cometieron.