La provincia de Alicante se encuentra en una situación delicada ante la sequía provocada por la grave escasez de lluvias en los últimos meses. Con una reunión de la Mesa de la Sequía, el objetivo es intercambiar información con los sectores afectados y tomar medidas urgentes para apoyar al sector agrícola y ganadero ante la escasez hídrica. En particular, se espera que el Consejo de Ministros apruebe el decreto de sequía que contempla medidas como la disminución de tarifas por el agua de riego.
En toda la Comunitat Valenciana, la prolongada ausencia de lluvias está llevando al límite a los cultivos de secano, principalmente a los cereales, al olivar, a la vid y al almendro. Por tanto, es importante que se tomen medidas para combatir la sequía y, en particular, se apruebe urgentemente el convenio del uso del Júcar-Vinalopó para traer agua cuanto antes.
En el caso de que la situación continúe por la senda desfavorable actual, la provincia de Alicante podría vivir una situación de emergencia como ya viven las cuencas del Guadalquivir en Andalucía y de Cataluña, donde ya se han comenzado a aplicar restricciones en agricultura e, incluso, en usos urbanos del agua.
Si bien el año pasado la situación era totalmente diferente con muchos días seguidos marcados por las constantes lluvias, la primavera de este 2023 está siendo extremadamente seca. Actualmente, la preemergencia está vigente en la Vega Baja, mientras que la cuenca del Júcar se mantiene estable.
Las previsiones, según los expertos, de cara a los próximos meses no son nada esperanzadoras, puesto que preveen que las precipitaciones acumuladas sean bastante inferiores respecto a la media, por lo que no es descartable que en verano lleguen a producirse cortes puntuales de agua.