Manuel Pérez Fenoll, candidato a presidir el Partido Popular de la provincia de Alicante, ha celebrado hoy un desayuno de trabajo con la prensa de la capital para valorar la situación a 23 días vista del congreso que se celebrará en el Teatro Circo de Orihuela el próximo 14 de diciembre. La cita ha sido aprovechada para repasar los últimos acontecimientos, y también para hacer cuentas: en lo que se refiere a delegados electos, estamos empatados hasta el lunes, cuando San Juan deshará el empate, y en el cómputo general todos sabemos que mi candidatura está por delante. Vamos a ganar el congreso, y a partir de ese día el partido cambiará su forma de trabajar, porque serán los militantes quienes dirán lo que hay que hacer y cómo, ha señalado.
El candidato ha arrancado su intervención con un anuncio inequívoco: El día 14 asistiremos a una defunción, y el día 15 enterraremos de forma definitiva las malas formas y las etiquetas en el seno del Partido Popular de nuestra provincia. Se acabará esa nomenclatura que tanto gusta a la prensa y que hasta nosotros asumimos de zaplanismo, campsismo o ripollismo, porque con nuestro triunfo todos seremos PP.
Pérez Fenoll explicó así su decisión de enfrentarse a todo ello: Se preguntarán ustedes por qué no hemos dicho estas cosas antes, y hoy les digo que porque somos personas disciplinadas, que creemos y amamos el partido, y el momento de denunciar ciertas prácticas entendemos que es llegado el periodo congresual y no antes. Llamé a Francisco Camps y al propio Joaquín Ripoll para comunicarles mi decisión, que es la de un gran equipo cansado de algunas formas de funcionar de la dirección provincial.
Y es que las formas tienen mucho que ver en este proceso. Los sillones del comité ejecutivo provincial no se han utilizado correctamente, ha señalado el candidato, que ha puesto en cuestión las tres grandes líneas o avales que esgrime Joaquín Ripoll para revalidar el cargo: alicantinismo, resultados electorales y renovación de juntas.
Para Pérez Fenoll, el sentimiento alicantinista no tiene que servir para enfrentar a estructuras internas del partido. Valencia no es nuestra enemiga, y entiendo que viajamos en diferentes vagones, pero en el mismo tren.
Con respecto a los resultados electorales alcanzados bajo mandato de Ripoll, ha señalado que en todo caso deben atribuirse esos éxitos a los que vamos en las listas, a los militantes y a los simpatizantes, porque el presidente lo único que tiene que hacer en estos casos en sumar calculadora en mano los votos que los demás le aportamos y recuerdo que Ripoll no ha encabezado ninguna lista para apuntarse ahora ese triunfo a título personal.
Por último, lo de renovar las juntas del partido es por mandato de los estatutos del partido y faltaría más que no lo hubiera hecho. En definitiva, los tres argumentos que lanza como mensajes son del propio partido, y no del presidente, valora Pérez Fenoll.
Y si las formas pasadas no han sido buenas, las actuales son, quizás, peores. Me sorprende que el Comité Organizador de este congreso haya decidido presentar la imagen del cónclave con la asistencia de uno sólo de los candidatos, obviando al otro, en un intento de adueñarse de esa imagen, lo que me confirma que están utilizando la estructura y la infraestructura del partido de forma interesada, lo que directamente interfiere en la democracia de la organización. Es decir, que intentan boicotear la libre expresión de los militantes y compromisarios.
Por eso, concluyó Pérez Fenoll, ha llegado el momento de que el partido pase a manos de los militantes. Yo no tengo miedo a la democracia, y además quiero una transición tranquila, sin utilización de las instituciones públicas, y además espero que los diputados provinciales Bernabé Cano y Sebastián Fernández sigan como responsables de Deportes y Turismo en la Diputación, porque su trabajo es excelente por mucho que ahora sean objetos de incomprensibles e interesados ataques.