En 1812 se inauguró el primer cementerio ventilado extramuros de la ciudad de Alcoy, el llamado Cementerio Viejo. En 1885, debido a su proximidad al núcleo urbano y a la fuerte epidemia de cólera, se procede a habilitar el recinto del actual Cementerio Municipal de Cantagallet o de Sant Antoni Abat.
El cementerio se convertirá en un auténtico espacio de representación social, fiel reflejo de la sociedad industrial alcoyana, que a su vez generará diferentes tipologías y recintos a lo largo del tiempo.
Estos valores patrimoniales han permitido que, desde 2012, forme parte de la Ruta Europea de Cementerios considerada Itinerario Cultural por el Consejo de Europa.