El empresario ha repasado su vida, siempre ligada a las fiestas de su pueblo y a la romería que se celebrará mañana y a la que solo ha fallado una vez desde que tiene uso de razón.
López, que ha trabajado como director administrativo y auditor en empresas de obras públicas, ha recorrido países como Chile, Brasil, Irak, EEUU, Argelia y México. Además, reside desde 1972 a caballo entre Barcelona y Madrid. Pero todo esto no le ha impedido mantener su casa en Aspe, en la calle Sol, para poder venir cada año a pasar el verano o a vivir la Jira, la Semana Santa, los Moros y Cristianos… Cualquier excusa es buena para volver al pueblo que le vio nacer.
Durante su discurso ha repasado estos momentos y también aquel 3 de agosto de año par en el que su trabajo en Bagdad le impidió vivir las fiestas. Ha dicho, con nostalgia, que a la hora de “La Traída”, la tradicional romería, paró su vehículo y dedicó unos minutos a pensar y a revivir cómo es ese momento tan especial para los aspenses.
El pregonero también ha recordado como recibió el encargo del alcalde con sorpresa, pero agradecido por la “emoción y responsabilidad” que suponen pregonar unas fiestas tan especiales como estas.
Tras el pregón se realizó el encendido oficial de luces que adornarán las calles y plazas durante todo el mes de agosto
Anoche, Antonio López tuvo el honor de dar inicio a las esperadas fiestas de 2024 con un emotivo pregón que reunió a los aspenses en la víspera del 3 de agosto, día en que miles de aspenses se unen en la
tradicional romería en honor a la Virgen de las Nieves.
El pregón de Antonio fue seguido por el encendido de las luces ornamentales que adornarán las calles de Aspe durante todo el mes de agosto. Este acto marcó oficialmente el comienzo de un periodo de
celebraciones, encuentros y tradiciones que unen a los aspenses.
La noche de ayer no solo destacó por la presencia de Antonio García y su inspirador mensaje, sino también por la belleza de la iluminación que ahora embellece Aspe, ofreciendo un ambiente festivo y acogedor a todos sus habitantes y visitantes. Las luces, cuidadosamente instaladas, reflejan la esencia y el espíritu de las fiestas, creando un paisaje nocturno digno de admirar.