Desde una conserva hasta una chuchería. Cualquier alimento puede contener gluten y convertirse en un trampa para los celíacos. Irritabilidad, inapetencia, distensión y dolor abdominal, deposiciones frecuentes, malolientes, espumosas y voluminosas, a veces acompañadas de vómitos son algunas de las reacciones que puede producir en una persona que padezca esta enfermedad la ingesta de alimentos que contengan trigo, centeno, avena o cebada.
La celiaquía es una enfermedad intestinal crónica y hereditaria que causa mala absorción de los alimentos, debida a la alteración de la mucosa del intestino delgado. Lo más común es que se presente durante la infancia, aunque también se manifiesta en adultos.
Diarrea, esterilidad, enzimas hepáticos, anemia, dolor abdominal, talla corta son algunos de los indicios que pueden hacer sospechar que una persona sufre esta enfermedad.
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La variedad de los síntomas con los que se disfraza dificulta su diagnóstico: 1 de cada 100 personas padece esta enfermedad, pero sólo está censado el 10 por ciento. La punta del iceberg.