El Tratado de Almirra es un pacto de paz firmado entre la Corona de Aragón y el Reino de Castilla que fijó los límites del Reino de Valencia. Fue firmado el 26 de marzo de 1244 por Jaime I y quién más tarde sería su yerno, el infante Alfonso de Castilla (más tarde Alfonso X el Sabio). En el pacto se estipuló que las tierras al sur de la línea Biar-Busot-Villajoyosa quedaran reservadas a Castilla.
Este pacto se origina en el constante incumplimiento por ambas partes de los anteriores tratados, el Tratado de Tudilén y el Tratado de Cazorla; concretamente la cláusula que ambas partes vulneran es la siguiente: Que ninguno de los dos quite o disminuya al otro algo de la parte a cada uno asignada, ni de otro modo uno de los dos maquine astutamente algún obstáculo contra la ya dicha división; cláusula con la que reforzaban los acuerdos.
Según nos comenta Román Francés, el pasado sábado en Castellón de la Plana, se les otorgó un reconocimiento de la Fundación Cultural Huguet.