Para muchos establecimientos, como floristerías o joyerías, es una campaña marcada en el calendario, pero los comerciantes consideran que en los últimos años los restaurantes han ganado peso a la hora de disfrutar de este día. Es una campaña que ayuda a la venta, pero como todas las tradicionales, ha notado los cambios. Antes se hacían más regalos y ahora las experiencias gastronómicas toman el relevo.
“Supone un pico de ventas importante para nosotros. El producto estrella es el bolso. Tenemos un modelo con corazones que es el que promocionamos, aunque son muchos los que se venden”, expresa Irene González, que trabaja en una conocida tienda de moda y complementos. Un sector que también se ve beneficiado por las rebajas, como apunta Armengol: “Un buen acicate para mover las compras en la ciudad es que muchos comercios se encuentran inmersos en rebajas, con descuentos. Puede incentivar bastante las compras”. Aún así, subraya el presidente de los comerciantes, “es una campaña que venimos ya adelantándola. Ya a principios de febrero ya vemos como en muchos escaparates se hace reclamo de San Valentín”.