La Unión Europea aprobó hoy una nueva medida “antidumping” a la importación de calzado de cuero desde China y Vietnam al que se aplicará un recargo arancelario del 16,5% para el primer caso y del 10% para el segundo durante un periodo de dos años. El nuevo régimen empezará a aplicarse el 7 de octubre, una vez que expire el sistema temporal en vigor.
El acuerdo, que incluye también el calzado infantil tal y como solicitaba España, fue alcanzado en una reunión a nivel de embajadores y será definitivamente refrendado mañana, en el Consejo de Justicia en Interior que se celebrará en Luxemburgo.
El consenso de este miércoles supondrá el establecimiento de un sistema arancelario alternativo al régimen temporal y progresivo que se puso en marcha el pasado mes de abril y que a día de hoy imponía tarifas del 19,4% para la importación de calzado desde China y del 16,8% para el de Vietnam.
Esta medida se impuso después de la investigación que llevó a cabo la Comisión Europea y que demostró que existe una fuerte intervención del Estado en los dos países asiáticos que provoca que los zapatos se vendan en Europa por debajo de su coste de producción.
Sin embargo, se trata de un sistema temporal que expira el próximos 6 de octubre y que, en ausencia de un régimen alternativo que se logró consensuar este miércoles, hubiese dado lugar a la total liberalización de este comercio.
A pesar de la urgencia que implicaba la conclusión del sistema actual, el acuerdo no fue fácil de alcanzar entre los Estados miembros, muy divididos entre aquellos que, como España o Italia, tienen una importante industria productora y están a favor de la imposición de tarifas, y otros como los nórdicos, más potentes en la distribución y defensores de la liberalización. LARGA NEGOCIACIÓN.
Estas divergencias se han reflejado a lo largo de meses de negociación a lo largo de los cuales la Comisión Europea presentó dos propuestas que fueron rechazadas. A pesar de ello, la segunda -16,5% de recargo para el calzado chino y del 10% para el vietnamita_ha sido precisamente la solución alcanzada, aunque con una disminución de un periodo de aplicación, de cinco a dos años.
A este respecto, el portavoz de Comercio de la Comisión Europea, Peter Power, afirmó tras la reunión fracasada de la semana pasada que la negociación sobre el arancel de los zapatos “es mucho más complicada y política de lo que nunca hubiésemos imaginado”, debido a que ha dejado de ser meramente técnica para convertirse una cuestión de política interna de los Gobiernos europeos, que “encuentran muy difícil moverse de sus posiciones”.
Por su parte, los representantes de los Estados miembros se han reunido en repetidas ocasiones para tratar de alcanzar un acuerdo que no llegó hasta hoy, cuando se consiguió la mayoría simple, con el voto favorable de nueve países -España, Italia, Francia, Portugal, Polonia, Hungría, Grecia, Lituania y Eslovenia_y la abstención de otros cuatro -Austria, Eslovaquia, Malta y Chipre–. Los 12 restantes votaron en contra de la medida, según indicaron fuentes españolas presentes en la reunión.
Las fuentes agregaron que en el encuentro de hoy no hubo más que una votación precedida de una intervención del representante finlandés que, en nombre de la Presidencia de la UE que ostenta su país durante este semestre. Defendió el voto como una muestra de “transparencia”, a pesar de que se daba por supuesta la mayoría favorable a tenor del resultado de las últimas consultas con los distintos Estados miembros.
La variación de cinco a dos años en el periodo de aplicación del nuevo sistema de recargos arancelarios fue propuesta por Francia en la reunión que se celebró la semana pasada.
Las fuentes españolas señalaron que cuando transcurra este periodo se hará una nueva revisión sobre si las medidas siguen siendo necesarias o no y subrayó que este periodo de análisis suele durar seis meses, lo que hace previsible que el periodo de dos años se amplíe hasta los dos años y medio.