El pan tiene la fama de que engorda, pero no engorda más que otros muchos alimentos, pero todo depende de la cantidad que se coma. Le ofrecemos un reportaje sobre la fabricación del pan.
Cien gramos de pan blanco tiene un aporte calórico aproximado de 250 calorías, algo menos que 100 gramos de garbanzos (310 calorías) y casi la mitad que 100 gramos de queso gruyere (450 calorías) y una tercera parte que 100 gramos de avellanas o almendras (620 calorías) o 100 gramos de mantequilla (770 calorías). Pero, en el otro extremo, 100 gramos de espinacas aportan tan solo 20 calorías.
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Es un alimento apetitoso, saludable y muy nutritivo que forma parte importante de nuestra alimentación y cultura gastronómica. Desde siempre ha sido uno de los alimentos básicos para la alimentación de los pueblos; a destacar desde el punto de vista de su sencillez, valor nutritivo y bajo precio. Se elabora exclusivamente con harina de trigo, agua y sal.
Lo aconsejable es no atiborrarse de un solo alimento y comer un poco de todo y lo más variado posible. Lo normal es tomar de 50 a 60 gramos de pan por comida.
Por cierto, el pan de obrador (forner, en catalán) – elaborado de forma tradicional – no suele contener grasas ni colesterol. El pan de molde, en cambio, sí suele tener grasa añadida, con el fin de que se mantenga tierno y no se seque con tanta facilidad.
Dónde nació? No se sabe. Lo cierto es que 3000 años antes de Cristo, en China, ya se comía pan bien leudado. De ahí en más su historia se confunde con la de todos los pueblos que, con mil variantes, lo adoptaron como base de la comida diaria.
Turcos, romanos, italianos y franceses hacen un culto cuando de la elaboración del pan se trata. Son verdaderos fanáticos. Y no sólo cuidan el sabor, sino también el aspecto: cuanto más lindos y dorados, más apetitosos serán.
Casi todos los países europeos tienen panes típicos. En Francia, las baguettes; Alemania se caracteriza por el consumo del pan gris elaborado con centeno, y ÚRumania prepara panes trenzados con semillas de amapola o sésamo.
Algo para recordar
La levadura que se utiliza en la elaboración de los panes debe ser bien fresca. Esta se conoce por su aroma agradable y color parejo.
Los panes si no se sirven enseguida, conviene envolverlos en papel celofán para que no se humedezcan ni reseque la corteza.
Las masas con levadura pueden perfumarse. Cuando son dulces con esencia de vainilla, ralladura de la cáscara de limón o agua de azahar. Siempre deben leudar según indique la receta, 1, 2 o 3 veces.
La temperatura del horno para masas con levadura debe ser caliente. De esta manera se levarán bien y parejos.
Salvo que la receta indique lo contrario, es mejor retirar los panes de los moldes una vez que estén fríos.