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El Campello

El equipo de gobierno municipal de El Campello comparece ante la alarma generada por una falsa fuga de gas en el colegio público Rafael Altamira

Ante la alarma social generada en los dos últimos día por la supuesta fuga de gas trasladada el martes por la dirección del colegio público Rafael Altamira al Ayuntamiento de El Campello, hoy han comparecido de urgencia ante los medios de comunicación el alcalde del municipio, Juanjo Berenguer, y los concejales de Seguridad y Servicios y Educación, Rafa Galvañ y Dorian Gomis respectivamente.

En la sala de prensa estaban presentes también (aunque no han intervenido) dos de los técnicos que se movilizaron con inmediatez ante una posible emergencia, que no era tal. Se trataba del Arquitecto Técnico Municipal y el Ingeniero Jefe Industrial Municipal Posteriormente.

El alcalde se ha reunido posteriormente con los portavoces de todos los grupos políticos que integran el Ayuntamiento, a los que ha dado traslado de los informes técnicos, que son categóricos.

La declaración a la que se ha dado lectura (acompañada por los respectivos informes técnicos que desmienten categóricamente tal circunstancia), ha sido la siguiente:

 

COMPARECENCIA

“Comparecemos hoy por la conveniencia de explicar detalladamente lo acaecido en las dos últimas jornadas en el colegio público Rafael Altamira de El Campello, que de no ser nada se convirtió en el día de ayer en un caso de alarmismo social que ha afectado muy especialmente a las familias cuyos hijos e hijas están escolarizados en ese centro.

Dicho esto, paso a reseñar el caso que ha degenerado hasta extremos que hacen necesario explicar con detalle lo ocurrido, y también las actitudes de personas a las que se les presupone sujetas a actuaciones y decisiones juiciosas, aunque en este caso hayan optado por la insidia como arma arrojadiza al equipo de gobierno, pese a que se trataba de un tema técnico que se resolvió en muy poco tiempo.

Alrededor de las 12 de la mañana del pasado martes, la dirección del colegio comunica al Ayuntamiento que se ha detectado una “fuga de gas” en las instalaciones, lo que lógicamente alertó a la concejala de Educación, que como es preceptivo movilizó a su compañero del área de Seguridad y Servicios, quien a su vez envió de forma inmediata a los técnicos municipales al centro escolar, que realizaron una inspección de las instalaciones. El primer técnico estuvo esperando en el acceso principal del centro hasta 8 minutos para que alguien le abriera la puerta. Sorprendente fue la respuesta del conserje al ser preguntado por la tardanza: tenía órdenes de la directora de “no abrir la puerta”, dijo literalmente.

Naturalmente, los dos concejales y yo mismo nos mantenemos constantemente en contacto, pues allí había niños y niñas, y su seguridad era lo principal, evidentemente.

En ese momento, ya el interior del recinto escolar, se informa al arquitecto técnico municipal de que el técnico que ya había realizado la revisión había comunicado que no había tal escape de gas, sino una mala combustión de la caldera, y de ahí el olor que generó la alarma.

Tras comunicarle a la dirección del centro que, según los protocolos de actuación, en situaciones de alarma o emergencia debe haber una persona en la puerta principal para recibir las ayudas externas, el técnico municipal accede a la sala de calderas, revisa las llaves de corte de entrada y salida de la caldera.

Y también revisa la instalación de la cocina anexa, cuyas llaves estaban abiertas porque el técnico de mantenimiento dijo que se podía utilizar porque no había peligro alguno.

Se produce entonces una situación que, si se me permite, considero hasta kafkiana, pues el personal del centro reconoció desconocer el contenido del Plan de Autoprotección del Centro, y se le explica que en estos casos lo primero que hay que hacer ante cualquier sospecha es cerrar la llave general de la acometida de gas.

Pero la realidad es que ese personal aseguró desconocer la ubicación de esa llave general, lo que se le explicó adecuadamente.

Tras la inspección del técnico de mantenimiento y la del propio arquitecto municipal, se le indica a la dirección que no había impedimento alguno, pero que lo mejor era esperar la decisión al respecto del técnico responsable de las instalaciones que debía decidir de acuerdo a lo que dijera el técnico de la empresa encargada del mantenimiento de la instalación de gas.

Y ese informe, emitido por la empresa encargada del servicio de mantenimiento, es determinante: no se detecta ninguna fuga de gas en las instalaciones, y sí una combustión “deficiente” de la caldera que alimenta el sistema de calefacción, que resultó ser la causa del olor detectado, por lo que se procedió al apagado de dicha caldera, independiente de las instalaciones de la cocina.

Para mayor tranquilidad, se realiza una segunda inspección por el mismo técnico, que confirmó la ausencia total de fuga de gas.

Ese informe señala que instalaciones de la caldera y la cocina “son independientes y no interfieren entre sí” (literalmente).

La caldera afectada no pudo ser arreglada en el momento por los impedimentos que puso la directora del colegio.

Finalmente, se acordó, ante esa postura del centro, mantener apagada la caldera y realizar el trabajo de reparación durante el cierre de las instalaciones en las vacaciones de Semana Santa.

Las conclusiones técnicas de la empresa encargada del mantenimiento son determinantes:

            -Primera: no se ha detectado fuga alguna en las instalaciones del colegio.

            -Segunda: se ha identificado una mala combustión de la caldera de calefacción, que se ha apagado como medida preventiva.

            -Tercera: los trabajos de reparación se llevarán a cabo durante las vacaciones de Semana Santa.

            -Cuarta: la instalación de gas de la cocina permanece operativa y no se verá afectada por el apagado de la calefacción.

            En definitiva: un caso claro de trabajo técnico profesional, eficiente y adaptado a la situación generada.

Pero a partir de ese proceso, se genera una situación que aconseja esta comparecencia. No sé yo si por ansia de protagonismo o por lo que ha impuesto en la sociedad española por generar alarma donde no la hay, o por cualesquiera otros motivos, a las familias del alumnado les llega una comunicación de la dirección del centro en la que les comunica que no se ha podido encender el gas de la cocina y que, por tanto, era “necesario” (y sigue siendo literalmente) “realizar una modificación del menú del alumnado”, señalando al Ayuntamiento por no hacerle llegar el certificado “donde se diga que se puede hacer uso de él”.

Ante esto, dos puntualizaciones:

            -Primera: el diagnóstico que le trasladaron los técnicos a la directora no era suficiente para ella, lo que yo entiendo como un absoluto menosprecio a su trabajo profesional.

            -Segunda: si la cocina no está operativa, es por decisión de esa dirección, que tendrá que explicar sus motivos.

            Con todo, lo que realmente nos preocupó, y nos preocupa, es la alarma social generada, de la que de forma inmediata se aprovecharon algunos colectivos que inundaron las redes sociales con comentarios del tipo “Así trabaja y pone en peligro al alumnado el queridísimo Ayuntamiento de El Campello”, mientras preguntan abiertamente si estamos esperando que ocurra alguna desgracia para actuar. O “Panda de sinvergüenzas”, “Asesinos” y otras lindezas… además de amenazas del tipo “Si pasa algo, que se vayan del pueblo por la cuenta que les trae”. Esos comentarios se trasladarán a quien corresponda, por supuesto.

Y todo, a partir de una comunicación tan desacertada como errónea, manipuladora y malintencionada.

Si a eso añadimos titulares que leímos en algún periódico (posteriormente rectificados), y comentarios de políticos, no podíamos consentir que la cosa siguiera así.

Estamos ultimando un detallado dossier que haremos llegar a la Conselleria correspondiente, con todos los informes emitidos por los técnicos especializados en la materia, las revisiones efectuadas y las actitudes con las que nos hemos encontrado, por si hubiera alguna responsabilidad al respecto.

Entendemos la preocupación  de las familias, porque han recibido información no veraz y contradictoria. Por eso, queremos transmitir un mensaje de tranquilidad. La sensatez aconseja ser cautos, y saber de lo que hablamos, y pido a los ciudadanos que se ciñan a la información que se traslada por conductos oficiales.

Concejales y concejalas de este equipo de gobierno tienen en ese centro estudiando a hijos, sobrinos y otros familiares. No somos asesinos. Se ha actuado con inmediatez y exquisitez jurídica y técnica. Hemos actuado con rapidez y eficiencia”.


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