Un pregón cercano, amable, entrañable, con recuerdo a los que ya no están y a lo que vendrá e incluso con un guiño a una de sus facetas sociales con efeméride destacada en su centenario, el Tenorio.
Barcala comenzaba su discurso destacando lo bonito y sencillo que era hablar de fiesta y recordando cómo vivía la visita, del brazo de su madre, a los Santos Patronos cuando quedaba impactado por el manto del trono que era para él el símbolo que arropaba y acogía a todo el pueblo de Elda.
El punto álgido lo guardaba para el final, partícipe durante 40 años del Tenorio, no podía faltar su guiño al centenario de esta representación. Barcala nos ha espolsao un cantable tenoriero alusivo a nuestras fiestas patronales.
Un final apoteósico completado con el disparo de la palmera.