En la siguiente tabla tenemos un listado de todos los Personajes sobre los que se puede encontrar información en este Tesauro y que tuvieron repercusión en mas o menos medida en el mundo de la informática , y que aportaron su grano de arena para llegar hasta la informática que ahora todos conocemos seleccionar el deseado para ver su contenido:
Aiken, Howard (1900-1973): Siendo profesor en la Universidad de Harvard, en 1937, concibe la idea de construir un ordenador completamente automático, a base de relés y con una entrada de datos e instrucciones por medio de fichas perforadas. Para poder conseguir su propósito, en 1939 se pone en contacto con IBM, el mayor fabricante de equipos de fichas perforadas; el proyecto es finalmente aceptado por el director, el legendario Thomas Watson. El resultadoo de esta colaboración, bruscamente interrumpida desde que se acabó su construcción en 1944, fue el denominado Mark I por los de Harvard y ASCC (Automatic Sequence Controlled Calculator) por los de IBM. Durante los años 50, Aiken colaboró activamente con investigadores españoles en el Instituto de Electricidad y Automática (IEA) del consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Atanasoff, John: Físico norteamericano, del iowa Stage College; fue el primer constructor de un calculador electrónico. Tras haber construido diversos analizadores diferenciales, en 1938 emprendió el diseño de un calculador binario electrónico para resolver sistemas de ecuaciones lineales. ayudado por el estudiante Cliff Berry, terminó el primerr prototipo en el otoño de 1939; sus circuitos lógicos contenían tubos, mientras que lamemoria estaba hecha a base de condensadores. Animados por este éxito, Atansoff y Berry iniciacion en 1940, la construcción de la máquina definitiva capaz ade resolver sistemas lineales de no mas de 30 ecuaciones. Las entradas y salidas iban a efectuarse mediante una lectora-perforadora de fichas binarias, cuyo proyecto constituyó la tesis de Berry. En 1942 el equipo se dispersó a causa de la guerra, cuando la componente electrónica ya era operacional, pero no así la lectora-perforadora. Aunque la máquina completa nunca llegó a funcionar, debemos restaltar la importancia del proyecto, no sólo por su caráctr pionero, sino porque John Mauchly, uno de los constructores del ENIAC, asistió en 1940 a una charla que Atanasoff dio sobre el tema. Gracias a su pequeño calculador de mesa , que nisiquiera era automático, ni mucho menos universal, Atanasoff es desde el 19 de octubre de 1973, según sentencia de los tribunales norteamericanos, el "INVENTOR DEL ORDENADOR" ("computer's inventor").
Torres Quevedo, Leonardo: (1852-1936)
Insigne científico español, nacido en Sta. Cruz de Iguña (Santander), el 18 de
Diciembre de 1852. En 1868 termina en Bilbao sus estudios de bachillerato, y viaja a
París. En 1870 regresa a Bilbao , y en 1871 ingresa en la escuela de ingenieros de
caminos de Madrid , para seguir la carrera de su padre. Termina en 1876, y durante breve
tiempo, se dedica a trabajos ferroviarios que abandona para realizar un largo viaje
por Italia, Francia y Suiza, a fin de completar su formación. Gracias a la herencia que
le legaron unos parientes suyos, las señoritas Barrenechea, no se vio sujeto al
imperativo de un sueldo para sostener a su familia (se había casado en 1885). Durante los
años que transcurren hasta 1890, Torres Quevedo, investiga y desarrolla sus ideas sobre
calculadoras y transbordadores, que mas adelante le darían renombre internacional. En
1890, Torres Quevedo presenta en Suiza un proyecto para la construcción de un
transbordador que ha ensayado con éxito en su pueblo natal. El proyecto es rechazado por
los científicos helvéticos e incluso duramente fustigado por la prensa. Este fracaso,
que sería el primero y único, no le impide seguir trabajando, aunque de momento deja los
transbordadores. Así en 1893 envía a la Academia de las Ciencias su Memoria sobre
máquinas algebráicas cuyo informe favorable, a cargo de Eduardo Saavedra, le abre
las puertas de la fama. Después vendría una interminable serie de trabajos e invenciones
a lo largo de mas de 40 años. A principios de siglo, se crearon varios centros oficiales
para desarrollar sus inventos. Uno de ellos (su preferido), fue el laboratorio de
automática, cuya sede estuvo en el Palacio de la Industria y de las Artes, en los altos
del antigüo hipódromo de Madrid. Allí trabaja hasta su muerte, acaecida en la guerra
civil el 8 de Diciembre de 1936, cuando le faltan sólo 3 días para cumplir los 84 años.
Las máquinas de Torres Quevedo, se dividen en 2 puntos, analógicas y digitales. De las
primeras destacamos una máquina para resolver ecuaciones de segundo grado, con
coeficientes complejos, un integrador mecánico, y una máquina para resolver ecuaciones
algebráicas. Elementos básicos de la última, son los aritmóforos que
representan logarítmicamente los valores de las variables, generalmente monomios, y el husillo
sin fin, un ingeniosísimo mecanismo para hallar el logaritmo de la suma de dos números a
partir de los logaritmos de los sumandos. Todas estas máquinas fueron proyectadas antes
de 1900 en cuanto a sus calculadoras digitales, llamadas aritmómetros ,
Torres Quevedo, es el mas importante continuador de las ideas de Babbage . El primer
aritmómetro completo a base de relés fue exhibido en París, con motivo del centenario
de la máquina de Thomas (1920). Estos aparatos eran gobernados a distancia mediante una
máquina de escribir (con contactos eléctricos en sus teclas) que también servía para
escribir automáticamente los resultados. Así mismo tenían una memoria electromecánica
que registraba las cifras hasta que se escribía en la máquina el signo de la operación
que se quería realizar. El operador se limitaba a entrar los operandos y el signo de la
operación. El resto lo hacía la máquina automáticamente. Esto es particularmente
significativo en el caso de la división. En efecto, la división en las calculadoras
digitales, se realiza por la resta iterativa del divisor sobre cada dividendo parcial
mientras este se mantiene mayuor o igual que aquel. Obviamente, cada vez que se efectúa
una resta, la correspondiente cifra del cociente se incrementa en una unidad. Una vez
agotado un dividendo parcial, se baja la cifra siguiente del dividendo, para formar un
nuevo dividendo parcial, y se repite el proceso; y así sucesivamente hasta agotar todas
las cifras del dividendo. Con una calculadora no automática, las decisiones de restar,
bajar una cifra y dar por concluida la operación las debe tomar el operador, en base a
comparaciones que él debe realizar. Con un aritmómetro de Torrees Quevedo, el operador
se ve liberado de estas tareas, y aque es la máquina la que compara y obra en
consecuencia. Los aritmómetros de Torres Quevedo fueron las primeras calculadoras con
estas tres características: automatismo, mando a distancia y memoria, que en el futurose
impondrían rotundamente. Torres Quevedo es considerado el precursor no sólo de la
informática, sino de la cibernética, , particularmente por su obra Ensayos
sobre Automática. Su definición. Estensión teórica de sus aplicaciones (1913), un
clásico del género, donde el autor hace un profundo estudio teórico sobre lo que hoy
denominamos robots y sus aplicaciones, sobre todo en la industria. Dentro de esta línea,
consiguió gran populariad un autómata de su invención, denominado el ajedrecista,
que da mate de rey y torre contra rey y reacciona ante las jugadas antirregalmentarias de
su adversario, denunciando las dos primeras y bloqueándose a la tercera. Otros aspectos
interesantes de este trabajo son l introducción, por vez primera, de la idea de aritmética
de coma flotante y un exhaustivo estudio de las máquinas de Babbage. A las luz de las
publicaciones e invenciones de Torres Quevedo, no cabe ninguna duda de que hubiese sido
perfectamente capaz de construir el primer ordenador electromecánico, al menos veinte
años antes que el Z1 de Zuse (1941) y el Mark I (1944) de Aiken (por cierto, que éste
último cita abundantemente a Torres Quevedo en sus trabajos).Brian Randell, una
autoridad en historia de la informática, opina que si no lo hizo fue porque en aquella
épo¡ca no existía una verdadera necesidad de un ordenador; por este motivo dedicó sus
esfuerzos a otras invenciones más útiles en quel momento. En este sentido, conviene
señalar que Torres Quevedo construyó diversos autómatas (su aritmómetro entre ellos)
sólo con el fin de demostrar que sus ideas avanzadas podían llevarse a la práctica, y
no con finalidades comerciales. La necesidad de un ordenador se dio efectivamente al
sobrevenir la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y sólo entonces se crearon los medios y
entorno adecuados para lograr su consecución. Otras importantes invenciones del genial
montañés fueron el telekino (el primer aparato de radiodirección
operativo), un globo dirigible semirrígido empleado por las fuerzas armadas francesas e
inglesas durante la Primera Guerra y un transbordador que después su hijo Gonzalo
construiría (1915) sobre las cataratas del Niágara, el Niágara Spanish Aerocar.
ADA Augusta Byron: Condesa de Lovelace (1816-1852). Hija de Lord Byron y amiga y colaboradora de Charles Babbage, fue la primera programadora de la historia. A ella se deben conceptos esenciales de programación, tales como el de bifurcación (GOTO) y el de iteración (LOOP). En su homenaje, el Dpto. de Defensa de EE.UU. ha llamado ADA al lenguaje de programación que ha desarrollado.
Babbage, Charles: (1792-1871) Matemático e inventor inglés. En 1812 diseñó su máquina de diferencias, un instrumento mecánico para calcular tablas de funciones matemáticas a partir de una aproximación polinómica de las mismas. En 1822 consiguió construir un prototipo para funciones polinómicas de segundo grado, con 8 cifras, lo cual le valió una subvención del gobierno inglés (17000 libras en 20 años) para construir una capaz de tabular funciones de sexto grado con 20 cifras. La máquina no fue terminada porque la tecnología de la época era incapaz de fabricar, con la precisión requerida, las piezas necesarias. En 1853 el ingeniero sueco Georg Scheutz, basándose en las ideas de Babbage y ayudado por su hijo Edward construyó una máquina para tabular funciones de cuarto grado con 14 cifras. En 1832, Babbage, desilusionado por el fracaso de la construcción de la máquina de diferencias, imaginó una nueva máquina, según él mas sencilla de construir y que denominó máquina analítica. Se trataba, en términos actuales de un ordenador mecánico de uso general preparado para realizar cualquier tipo de cálculo mediante un programa adecuado. Desgraciadamente, esta máquina tampoco pudo ser construida, por las mismas razones que su predecesora. Babbage fue un hombre versátil. Se le considera precursor, además de la informática, de la investigación operativa por su importante obra sobre la economía de manufacturas y de de maquinaria. Publicó una tabla de logaritmos del 1 al 108000, extensamente utilizada. Calculó tablas de mortalidad e hizo un invento vanguardista de popularizar los seguros de vida. Inventó desde herramientas hasta artificios para evitar catástrofes ferroviarias y sistemas de iluminación de faros costeros. Escribió artículos sobre física, geología, astronomía y arqueología, pero poca cosa sobre la gran pasión de su vida; las máquinas matemáticas. Si algo nos ha llegado de sus ideas, además de unas cuantas máquinas inacabadas, los diseños de sus mecanismos (unos 100 m^2 de papel) y sobre todo una autobiografía, ha sido en su gran parte gracias a unas conferencias que dio en 1840 en Turín (Italia). Uno de los asistentes, L.F. Menabrea, ingeniero y oficial de la Academia militar de aquella ciudad, escribió un informe y lo publicó en un diario de Génova en 1842. Un año después el artículo fue traducido al inglés y publicado en el Scientific Memoirs por Lady Ada Augusta , condesa de Lovelace. A la muerte de Babbage, su hijo henry continuó con la construcción de la máquina analítica. En 1910 dio a conocer su unidad aritmética (llamada Mill), con impresora incluida, sin conseguir éxito alguno.
Hollerith, Hermann: (1860-1929)
Estadístico de Buffalo que en 1880 entra a trabajar en la US Census Bureau, la oficina
del censo norteamericano, que cada diez años hacia un censo de todo el país. En 1886 se
da cuenta de que el proceso de los datos del censo de 1880 no acabará hasta pasado 1890,
año en el que debía comenzar el nuevo censo; además, se sabía que el número de
habitantes de aquel año habría aumentado de 50 millones en 1880 a 62 millones. Conviene
aclarar que el censo norteamericano de aquella época era esencialmente clasificatorio
(hacia inventarios por sexo, religión, profesión, distrito, etc.) y recogía toda clase
de informaciones útiles, pero de elaboración y confrontación penosas. El uso de
calculadores no simplificaba el problema, ya que se trataba no tanto de hacer cálculos,
sino de un tratamiento de datos. Hollerith, que conocía el sistema de control por fichas
perforadas de los telares de Jacquard, se dio cuenta de que muchas de las preguntas del
censo solamente admitían dos respuestas (por ejemplo: sexo, ¿es casado?, ¿tiene casa
propia?, etc], las cuales se podían codificar haciendo un agujero, o no haciéndolo, en
una determinada casilla de una ficha. Otras informaciones como distrito, religión,
profesión, estado civil, número de hijos, edad, etc., también se podían codificar por
la presencia o ausencia de perforaciones en un grupo de posiciones. También se dio cuenta
de que las perforaciones de una ficha podían ser detectadas por medios eléctricos: la
presencia de una perforación permitiría el paso de la corriente eléctrica, y la
ausencia la interrumpiría. Basado en estas ideas, Hollerith diseña una máquina
compuesta de una lectora eléctrica de fichas, una tabuladora y una clasificadora
rudimentaria. La ma-quina es construida a finales de la década de los ochenta y es
empleada para tratar los datos del censo de 1890. Procesaba 200 items por minuto en lugar
de los dos por minuto habituales cuando se hacía esto a mano. El invento revoluciona el
tratamiento de datos administrativos y el mercado se ve inundado por toda clase de
máquinas contables, basadas en la metodologia y la tecnología de la tabuladora
electromecánica de Hollerith. El mérito de Hollerith radica en el hecho de que fue el
prtmer infornidtico, es decir, el primero en conseguir el tratamiento automtitico de
datós (información>. Hay que tener en cuenta que, en general, los ordenadores de hoy
dedican más del 80 0/o de su tiempo a tratar datos, y el resto, a hacer
cálculos. Para poder sacar provecho de su invento, en 1896 Hollerith funda empresa
propia, la Tabulating Machine Co. Los datos del censo de 1900 son procesados con sus
máquinas en régimen de alquiler. Pero ese mismo año surgen desavenencias, por razones
pecuniarias, con la Census. Poco después entra en escena el joven ingeniero James Powers,
que obtiene un contrato para fabricar las tabuladoras para el censo de 1910, con derecho a
retener para si las correspondientes patentes. En 1911, Powers funda la Powers Accounting
Machine Co., al tiempo que Hollerith funda un holding con otras empresas y le da el nombre
de Computing-Tabulating-Recording Co. (CTR). En sus primeros años, la CTR, además de
tabuladoras, vende balanzas y cortadoras de jamón, entre otros aparatos. En 1914 la CTR
contrata como director general a Thomas Watson, un puritano metodista, ex director de la
National. En 1917, Watson funda una sucursal en Canadá, y en 1924, convertido en
propietario de la empresa, la rebautiza con el nombre de International Business Machines
(la todopoderosa IBM de nuestros días). En aquellos momentos, la empresa había dado ya
un gran salto hacia adelante, y Watson disponía de una magnífica organización de
ventas. En definitiva, había logrado crear una mística: la IBM. Como en ninguna otra, el
hombre IBM vivía para su empresa. Watson, sin saberlo, se preparaba para la gran crisis
que en 1929 había de remover hasta sus cimientos la economía estadounidense. Al
iniciarse este crítico período, toda la organización cerró filas, redoblo sus
esfuerzos y no registró pérdidas en ningún momento. Por su parte, en 1927, la Powers
Accounting Machine Co., tras una serie de ampliaciones de capital, se convierte en la
División de Tabuladoras de la Remington-Rand Corp. Esta empresa será la que construirá
los primeros ordenadores UNIVAC.
Jackson, Michael: Consultor británico que desarrolló un método que lleva su nombre para el proceso de datos. Jackson observó que las entradas y salidas de los programas podrían definirse en términos de estructuras particulares de datos, que son más estáticas y fáciles de definir que los programas, y propuso que éstos fuesen construidos por un método sistemático, basado en diagramas de estructuras de datos. Ello origina dos problemas. En primer lugar, puede que no sea posible combinar los diferentes diagramas de estructura de datos incluidos en un programa (conflicto de estructura); este problema se resuelve mediante una adecuada descomposición del programa, llamada inversión. El otro problema es la manipulación del error que se resuelve mediante la técnica de seguimiento* por retroceso (backrracking). El método de Jackson ha sido implementado en COBOL y en PL/1. Existen traductores que convierten textos equivalentes de diagramas de estructura de datos Jackson en el lenguaje objeto requerido.
Pascal, Blaise: Matemático y filósofo francés. A la edad de 19 años (1642) construyó su maquina arithmetica (más tarde llamada pascalina), sólo sumadora en un principio (con acarreo auto mático) y que después de sucesivas modificaciones tomó forma definitiva (sumadora y restadora) en 1645. De este último modelo se hicieron y vendieron unos pocos ejemplares. Parece ser que los primeros intentos de construcción de la máquina se remontan a la adolescencia de Pascal, y sc explica que la motivación fue que su padre, recaudador de impuestos, pasaba demasiado tiempo sumando, lo cual le impedía salir a jugar con él a ¡a paume (una especie de combinación de tenis y pelota vasca). La máquina operaba con números de hasta seis dígitos en el sistema decimal y poseia dos posiciones adicionales para la moneda fraccionaria francesa de la época. Para sumar, por ejemplo, 876 más 459, se ponían a cero los números de las ventanas; a continuación, se introducía un objeto puntiagudo (st ylus) en la ranura correspondiente al 6, del dial de las unidades, para después moverlo en sentido horario hasta encontrar un tope (como cuando se marca un número de teléfono); en la ventana superior aparecía el 6. Idéntica operación se repetía con el 7 y el 8, en los diales de las decenas y las centenas, respectivamente. El segundo sumando, 459, se introducía del mismo modo. El resultado se leía en las ventanas superiores. Para restar, por ejemplo, 876 menos 459, se había de proceder del mismo modo, sólo que el resultado habia que leerlo en unas ventanas adicionales, situadas encima de las otras, y visibles al extraer una tapa en forma de regla que las cubría. La idea se basa en un método para restar, conocido como sumo del complemento, siendo éste el número que se obtiene al restar 9 de cada una de las cifras del sustraendo, salvo la última significativa (no nula) que se resta de 10. Se supone que el sustraendo tiene tantas cifras como el minuendo; de no ser así, se completa con ceros a la izquierda.
Puigbó i Rocafor: Manuel. Ingeniero español que en 1973, un año antes de que apareciese el ALTAIR 8800 en el mercado estadounidense, ya había construido para la empresa Distesa un microordenador personal de características similares: el KENTELEC-8, que fue exhibido en la feria DIDASTEC 73 de Valencia. Tenía 16 K de memoria RAM, entradas y salidas por teletipo y cinta perforada, lenguaje ensamblador en memoria ROM y un dispositivo para introducir programas en memorias de este tipo. También es invención suya una lectora óptica, EJ~ALEC-24, para la corrección de pruebas objetivas.
Stibitz, George: Matemático norteamericano que trabajó en la ATT (compañía telefónica norteamericana) y construyó para ella un ordenador electromecánico llamado Complex Calculator (Calculador de Complejos). El proyecto fue presentado en 1937 y la máquina empenzó a funcionar, a pleno rendimiento, el 8 de enero de 1940. Trabajaba internamente en binario y utilizaba aritmética de los números complejos para poder resolver los problemas para los que fue diseñada: diseño de circuitos, cálculo de equilibrio, dimensionamiento de redes y minimización de pérdidas e interferencias. Tenía un tipo como entrada, lo cual le permitía -hacer una demostración que dejó boquiabiertos a los científicos de la édesde Hannover (New Hampshire) -cálculos con un teletipo conectado, -cable telefónico, con la unidad cen situada en Nueva York, a unos km de distancia. El Complex Calculator tuvo cuatro sucesores entre 1942 y 1945, cada uno mejor y más universal que el anterior; todos ellos fueron diseñados por Stibitz y construidos en Bell Labs, los laboratorios de la ATT Estas máquinas calculaban toda clase de expresiones algebraicas, con instrucciones introducidas por el teclado teletipo o bien por una cinta telegráfica de papel con cinco canales; tenía dispositivo de búsqueda de una de minada instrucción o dato de la cinta y podían emplear instrucciones de b cación incondicional (GOTO) o co cional (IF ~. THEN GOTO). Las máquinas de Stibitz fueron la primera materialización de las ideas de Babbage ciento diez años después de que éste las hubiese concebido
Verea Garcia, Ramón: (1833-1899) Polifacético e injustamente desconocido autor español, nacido en San Miguel de Curantes (Pontevedra). En 1849 ingresa en el Seminario Conciliar de Santiago de Compostela, abandonando la carrera eclesiástica en 1854 para embarcarse hacia Cuba en 1855; allí trabaja como maestro de escuela y después como periodista y escritor. En 1865 se traslada a Nueva York, dedicándose a la enseñanza del español y a la labor de traducción, así como al comercio de maquinana para las artes gráficas. Seguramente gracias a sus conocimientos sobre máquinas impresoras, Verea, hombre de letras, decide inventar una calculadora; la termina en 1878. Para describir en pocas palabras sus características técnicas, diremos que era similar a la de Boole, sólo que once años anterior a ésta. Entrevistado por un periodista del New York Heraíd con ocasión de la medalla de oro que le había sido otorgada en la Exposición de Matanras (Cuba), Verea aseguró que «no babia hecho la máquina ni para emplearla ni para vender su patente, sino simplemente para demostrar que era posible que un español pudiera inventar tan bien como un americano». Verea cumplió su palabra al pie de la letra, ya que hasta su muerte, acaecida en Buenos Aires en 1899, siguió dedicándose al periodismo. Español hasta la médula de los huesos, en 1896 publicó en Guatemala, donde se había trasladado, un opúsculo titulado En defensa de España, en el que combatió la política de colonialismo de EE.UU. en el resto de América y defendió la presencia de España en Cuba.
Von Neuman, Johannes: (1903-1957) Uno de los mejores matemáticos de este siglo. Nació en Budapest y en 1930 emigró a los EE.UU. Publicó importantes trabajos sobre economía, fisica nuclear (trabajo en el famoso proyecto de Los Alamos sobre la bomba atómica), teoría de juegos, teoría de conjuntos, análisis matemático, cibernética e informática.
Zuse, Konrad: (1910) Ingeniero alemán que diseñó y construyó la primera máquina que trabajaba con un programa-controlador. En la década de los 30 construyó calculadores en una Alemania nazi no demasiado entusiasta de su esfuerzo pionero. En un contexto de aislamiento, lo cual enaltece todavía más sus realizaciones, construyó el primer orden~zdor universal y completo, el Z3 de 1941. aproximadamente equivalente al Mark 1 de Harvard (construido en 1944), pero más pequeño y ligeramente más rápido. Además era binario, operaba en coma flotante y tenía una memoria de 64 palabras de 22 bits (uno para el signo, catorce para la mantisa y siete para el exponente). Zuse ya habia propuesto, en 1939, hacer una versión electrónica, pero el veto oficial al proyecto impidió que el primer ordenador electrónico fuera construido en Alemania, en favor del ENIAC de los EE.UU. (1945). No obstante, en 1942 logró poner a punto una unidad aritmética electrónica. Las máquinas de Zuse fueron el objetivo de muchos bombardeos aliados. Aunque constantemente las cambiaban de lugar, los espías daban con su situación y la destrucción se consumaba. Así, el Z3 fue destruido en 1944. Sólo se salvo el Z4, un ordenador superior a su antecesor, que había sido terminado en 1945, poco antes de que la guerra acabase. Conjuntamente con Stibitz, Zuse fue el primer materializador de la idea babbagiana de programa, que contenía las ideas de programación y de lenguaje de programación, que más adelante desarrollarían discípulos suyos, especialmente Heinz Rutihauer.
Castells Vidal, Paulí: (1877-1956) Doctor en ciencias físico-matemáticas e ingeniero industrial. Catedrático de análisis matemático de la Escuela de Ingenieros de su Barcelona natal, director de la misma de 1913 a 1932, y miembro de la Real academia de ciencias, publicó numerosos trabajos sobre matemáticas, espectroscopia celeste y electrodinnámica. Inventó diversos artilugios mecánicos entre los que destacan un velocímetro y dos máquinas analógicas, una para resolver ecuaciones algebraicas y trascendentes denominada balanza algebraica y otra para resolver sistemas de ecuaciones lineales denominada polipasto algebráico.
Boole, George: Matemático y lógico inglés, creador de la lógica simbólica moderna. Influyó notablemente sobre los lógicos posteriores y sobre los diseñadores de circuitos eléctricos y, en consecuencia, sobre los constructores de los primeros ordenadores. Sus principales obras fueron Análisis matemático de la lógica (1847) y las leyes del pensamiento (1854).
Baudot, Emile: (1845-1903), Ingeniero francés, inventor de la impresora telegráfica, tiene dado , entre otros, su nombre a una unidad de transmisión: el baudio.
Schickard, Wilhem: (1592-1635), la historia de las calculadoras mecánicas comienza propiamente con este profesor de la Universidad de Tübingen, de lenguas orientales (1619-1631) y de matemáticas y astronomía (1632-1631). En 1623 comunica al astrónomo Johannes Kepler la noticia de su invento: una máquina sumadora-restadora que tenía seis ruedas (una por cifra) que hacían de acumulador y otras seis, desconectadas de las primeras, que hacían de memoria. Además, tenía un dispositivo especial que le permitía hacer multiplicaciones basado en los rodillos de Neper; si el resultado excedía de 999.999 sonaba una campana indicando overflow y entonces entraba en juego un sistema adicional (para los dígitos a partir del séptimo) basado en anillos que el operador se debía poner en lamano derecha. Kepler debió pedirle una copia de su invento, ya que en 1624 Schickard le envía una carta explicándole los detalles de su funcionamiento y construcción, y completa su descripción con varios croquis. Asimismo le comunica que la copia que había encargado para él se había destruido en un incendio. No se sabe a ciencia cierta el porque, pero el hecho es que dicha copia nunca le fue remitida a Kepler. De la construcción original tampoco se tiene noticia; Schickard, junto con toda su familia, murió en 1635 víctima de una de las grandes pestes que asolaron Europa. Se cree que la máquina debió caer en manos de alguien que no supo darle mejor uso que el de combustible en una hoguera; quizá algún día aparezca en un viejo desván. Las dos cartas a Kepler aparecieron a mediados del presente siglo entre sus papeles. Los dibujos fueron encontrados años más tarde en la biblioteca del observatorio de Pulkovo (cerca de Leningrado), en uno de sus cuadernos de notas. Aunque las cartas no daban detalles completos de la construcción de la máquina de Schickard, Brono Baron Von Freytag Loringhoff, profesor de filosofía de a Universidad de Tübingen y experto conocedor de las técnicas de construcción de relojes en el siglo XVII, ha logrado realizar una reconstrucción de dicha máquina. Las ideas de Schickard fueron parcialmente redescubiertas después por Samuel Morland, René Grilet y Blaise Pascal, pero las máquinas d éstos fueron netamente inferiores. Pascal ha sido considerado hasta hace pocas décadas coo el primer construcotr de una calculadora.