Ciertamente, Issac Asimov, que nos dejó hace ya unos años, es ampliamente reconocido por su relatos, unos cortos, otros largos, de ciencia ficción.
Sin embargo, tal vez, su otra importantísima faceta, la de divulgador, sea menos conocida.
En este apartado es donde encasillaríamos a pequeñas joyas de su inmensa obra literaria, como, por ejemplo, «Breve historia de la química».
Un pequeño libreto, de unas 250 páginas, tamaño libro de bolsillo, donde se hace un ameno, en ocasiones jocoso, recorrido de lo que ha sido el camino de la humanidad, desde que el primer antecesor nuestro se topó con eso que llamamos fuego y empezó a preguntarse cómo conseguirlo por cuenta propia, hasta los avatares del descubrimiento de los metales, sustancias minerales, alquimia y, finalmente la química hasta nuestros días.
Si bien es un libro que tiene ya algunas décadas, es por ello mismo, que puede conseguirse a precios muy bajos y, desde mi punto de vista, constituye una amena lectura, para nada se hace pesado, tanto para estudiantes como para personas que tengan cierta curiosidad en estos temas.
No profundiza en tediosos detalles técnicos, sino que, todo el recorrido del libro es de literatura sencilla, amena y curiosa.
Merece la pena leer el libro.
Como anécdota, durante la presentación de su tesis doctoral, que versaba sobre la biología, el tribunal examinador estuvo más tiempo preguntándole cosas acerca de sus ficciones literarias y disertaciones sobre inteligencia no terrestre que sobre el propio contenido de la tesis.