Linux es un sistema operativo.
Su historia se remonta unas décadas atrás cuando un estudiante finlandés, Linus Torlvalds, decició mejorar Minix, un sistema operativo «de juguete» desarrollado por Andrew S. Tanenbaum (bien conocido por cualquier estudiante de informática… 🙂 en su afán de que sus alumnos tuvieran un sistema operativo donde poder meter las manos y, además, que no costara dinero.
El señor Tanenbaum desarrolló Minix en C y algunos elementos en ensamblador, estaba a la mano de cualquier estudiante (de hecho, lo sigue estando) y, bueno, a partir de ahí, todo evolucionó.
Linus trabajó sobre Minix y luego lo «soltó» para que la gente lo usara o desarrollara más todavía… la cosa de desmadró y en poco tiempo había miles de entusiastas desarrollando, ampliando y mejorando… en pocas palabras, cualquier pserona con afán de conocimiento, podía hacer sus pinitos modificando y recompilando el nuevo sistema operativo… que era multitarea, multiusuario… se le añadió posteriormente entorno gráfico y multitud de programas del mundo Unix pasaron a estar disponibles para el ya denominado Linux.
Los grupos de desarrollo empezaron a tornarse empresas u organizaciones libres: Suse (ahora Novell), RedHat, Debian, Mandrake, Mandriva, Fedora… por nombrar algunas distribuciones (algunas de pago, otras gratuitas…) son las que están a la orden del día.