Una de las cosas más curiosas que se pueden hacer con un ordenador es, de alguna forma, «sumar» varios discos duros para «crear» (o tener la apariencia) de estar trabajando con uno más grande (que sería casi la suma de todos ellos…) estaríamos hablando de un RAID… que si bien se puede usar para tener una réplica exacta de un disco, también se puede usar para «crear» un disco mayor a partir de la «unión» de varios de ellos… es por ello que se habla de RAID0, 1, etc…
Sin embargo, en Linux tenemos otra opción para no tener que pasar por el RAID a la hora de crear un volumen mayor… lo curioso, además, es que podemos hacer ésto con particiones (llegando en algunos casos a combinaciones… llamémoslas exóticas)…
Aquí es donde entra en juego lo que se conoce como LVM o Logical Volume Management.
En síntesis, se realiza en tres pasos:
Adaptación de las partes físicas
Creación de un grupo
Creación de los volúmenes lógicos
En primer lugar, usando el comando correspondiente, se «marcan» las particiones para indicar al sistema operativo que se van a utilizar para crear LVM.
En segungo lugar, creamos un grupo; lo curioso de ésto, es que al hacer este paso, dentro de /dev/, al igual que tenemos /dev/sda… etc… aparecerá algo que hemos creado nosotros, concretamente nuestro grupo, al que podemos dar el nombre que nos convenga (respetando, por supuesto, las normas de nombres en el sistema de archivos)
Bien, ya tenemos nuestro nuevo «dispositivo» de almacenamiento (entrecomillado, porque no es un dispositivo físico realmente… nos lo hemos inventado)
En tercer lugar, podemos «jugar» con el tamaño que hemos obtenido al sumar las particiones anterioes para crear distintos «discos» con el tamaño que consideremos… consiguiendo, en definitiva, un nuevo grupo de dispositivos de almacenamiento totalmente transparentes al usuario que pueden ser montados como un sistema de ficheros de toda la vida en el árbol del sistema de ficheros.