Petrer se sitúa en la ladera de un cerro de la margen izquierda de la Rambla de Pusa, en el curso medio del río Vinalopó. Su origen se remonta a finales del siglo XII, cuando un contingente poblacional, probablemente de soldados del ejército almohade, fue licenciado en las tierras de Murcia en su retirada de la toma de Huete hacia el año 1172. De este modo, a lo largo del Vinalopó se creó una red de poblados fortificados -Villena, Sax, Petrer, Elda, La Mola, etc- cuyo objetivo era defender las vías de comunicación y frenar el avance de los reinos cristianos.
Algunos geógrafos andalusíes como Yaqut y Al-Himyari citan Hisn Bitrir -denominación originaria de Petrer- dentro de las dependencias de Murcia en al-Andalus.
Por el tratado de Almizra de 1244, Bitrir pasaba a ser territorio de la corona de Castilla y unos años después, el 20 de agosto de 1258, Petrer y su castillo fueron donados a Jofré de Loaysa, según privilegios otorgados por el Rey Alfonso X el Sabio en Segovia.
Entre los acontecimientos más destacados cabe citar la toma del Castillo de Petrer por Jaime I de Aragón el 19 de noviembre de 1265, ante la demanda de ayuda de su yerno, Alfonso X el Sabio de Castilla, para sofocar la rebelión de las poblaciones moriscas.
Aunque todas las plazas fueron devueltas a Castilla, por el pacto de Elche en 1305, y después de diversos años de enfrentamiento entre ambas coronas, los territorios hasta el río Segura, quedaban bajo el dominio del Reino de Valencia.
La villa de Petrer, perteneciente a la familia de los Loaysa, fue vendida en 1431 a Ximén Pérez de Corella, futuro Conde de Cocentaina, quien emprendió diversas reformas en el castillo.
En 1513, la villa y el castillo de Petrer fueron adquiridos por la familia de los Coloma, Condes de Elda a partir de 1577. Petrer perteneció al Condado de Elda hasta la abolición de los señorios a inicios del siglo XIX.
El Castillo-fotaleza de Petrer estuvo habitado por el Alcaide, su familia y un cuerpo de guardia hasta el siglo XVIII.
El castillo de Petrer entró en un estado de abandono y de ruina a partir de la abolición de los señorios en el siglo XIX. En 1968 el obispado de Orihuela cedió la propiedad al Ayuntamiento de Petrer, iniciando su restauración en el año 1974. Tras 10 años de restauración, en 1983 fue declarado Monumento Histórico Artístico de Interés Nacional.
Fuente: www.petrer.es
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