Este domingo por la tarde, cientos de pinoseros y visitantes han subido hasta el Parque de Santa Catalina para disfrutar de la primera edición del Belén Viviente organizado en este rincón del pueblo, junto a una pequeña cueva que ha sido adecentada para albergar la escena del Nacimiento.
A las puertas de la cueva, el párroco Manuel Llopis ha procedido a bendecir el recinto, y de inmediato se ha creado una larga cola de visitantes que querían asomarse a ver la cueva y la representación de la Natividad.
Previamente, los visitantes han podido disfrutar de escenas costumbristas y rincones típicos de un belén, como el popular caganer o el Palacio de Herodes, bien custodiado por soldados romanos. También había reproducidos viejos oficios y hasta un mercado, y los más pequeños han tenido oportunidad de ver y acariciar a algunos animales.
Miembros de la Asociación de Vecinos de Santa Catalina, junto a sus reinas, han contado con un rincón dedicado al esparto.
La Rondalla-Coral «Monte de la Sal» se ha encargado de recrear las labores del campo, la ferrería, la panadería, las lavanderas, y de cuando en cuando se escuchaban los villancicos interpretados por sus miembros.
En el centro, miembros de la Comisión de Fiestas, con la reina mayor y sus damas, se han encargado de recrear un mercado tradicional.
La visita concluía en la cueva del Nacimiento, en el que se podía ver a la Sagrada Familia acompañada de un ángel y pequeñas pastorcillas, representadas por la reina infantil y sus damas de honor.
Aunque han sido solo dos horas, y a pesar del frío de la tarde, la experiencia ha resultado muy positiva, y ya se está pensando repetirla el próximo año, aunque podría llevarse a cabo en horario matinal.