M.J. Moya
Durante el último pleno ordinario, Juan Carlos Navarro, portavoz del BLOC, lanzó una comprometedora pregunta al edil de Medio Ambiente, Vicente Rico, sobre la deficiente gestión del vertedero municipal, un lugar en el que según Navarro no existe control sobre cantidad, tipo, procedencia y horario de los vertidos depositados, situación que el responsable del área aseguró desconocer.
El edil nacionalista asegura que hasta pocos días después del pleno, el vertedero registraba entradas de camiones durante la noche, algunos llegados de otras localidades cercanas, y durante los fines de semana, cuando el horario de cierre al público concluye a las 19 horas, permaneciendo cerrado sábados y domingos. Esto significa, según Navarro, que existen más llaves de acceso al recinto de las permitidas, lo que posibilita que vehículos pesados descarguen a horas no permitidas.
En este sentido, el portavoz del BLOC asevera que Vicente Rico es conocedor y consentidor de estas irregularidades, y califica su gestión de negligente y premeditada. Aunque si de verdad no sabe nada, es que no ha sido capaz de imponer su autoridad como responsable, y no es digno de ostentar esa Concejalía, por lo que debería renunciar y ponerla a disposición del alcalde. Navarro también apunta la falta de control en la entrada de camiones durante el horario de apertura al público. Deberían controlarse más exhaustivamente las matrículas y las empresas de procedencia de los vehículos, y tener en cuenta las ordenanzas municipales de vertidos de inertes, que no se aplican, asegura.
Vicente Rico niega ser conocedor de estas circunstancias, y asegura no entender la motivación del portavoz del BLOC para lanzar este tipo de acusaciones. A mi las indagaciones no me valen, lo que dice lo tiene que probar con datos, porque a mi no me consta que allí acceda ningún vehículo fuera de horario, ni de otras localidades, afirma. El concejal desmiente la existencia de más llaves de las estrictamente necesarias para el correcto funcionamiento del servicio, utilizadas por personal autorizado. A este respecto, insta a cualquier vecino de la localidad a denunciar o informar a la Policía Local o la propia Concejalía, en el caso de detectar este tipo de irregularidades, porque nadie de fuera de la localidad puede verter ningún tipo de residuo a la escombrera municipal, y mucho menos fuera del horario establecido.
SERVICIO COSTOSO Y DEFICITARIO
Según el edil del BLOC, que asegura que durante los últimos 3 años el volumen de residuos en el vertedero ha aumentado en un 40% respecto a 2003, debido a la falta de control en los vertidos, el trabajo de averiguar e informarse sobre lo que sucede en un espacio de su competencia, es del propio concejal de Medio Ambiente. Este servicio cuesta entre 8 y 9 millones de pesetas a los pinoseros, y su obligación es gestionarlo correctamente. En este sentido, no es sólo lo que cuesta el servicio anualmente, sino lo que el Ayuntamiento deja de ingresar, porque ningún empresario paga por verter sus residuos en el vertedero, comenta Navarro.
Como representante municipal debería velar por el interés del pueblo y ser un buen gestor, preocupándose para que el vertedero se autogestione, haciendo que se beneficien los que menos tienen, no al contrario, añade el portavoz del Bloc, ya que con sólo tres euros por cada camión que descarga allí, se podrían ingresar cerca de los 6.000 euros mensuales, cantidad que se podría invertir en la recuperación de la zona u otras labores medioambientales.
Aunque se permite el derecho de no dar nombres para no implicar a terceras personas, el portavoz nacionalista continúa: ¿cómo a un concejal de Medio Ambiente, tan concienciado como él, se le puede permitir que empresas con el I.S.O. 2000 no reciclen sus propios residuos?. Una cuestión similar a lo que ocurre con las empresas marmoleras y de construcción de la localidad, que cada día se desprenden de los suyos en el vertedero municipal, sin coste alguno, cuando deben ser gestionados por las propias entidades generadoras.
LEGALIZACIÓN Y REGULARIZACIÓN
El concejal de Medio Ambiente es consciente de la necesidad de regularizar esta situación de vertidos del mármol y empresas constructoras que en su momento fueron autorizadas por el propio Ayuntamiento. La escombrera tiene un volumen limitado, que al ritmo que ha crecido la actividad industrial en los últimos tiempos, si todo sigue igual, tendríamos que clausurar en unos años, apunta Rico, por lo que desde su Concejalía se desarrollará un proyecto que permita la legalización del vertedero, para posteriormente imponer, de acuerdo a la legislación, una tasa a las empresas, no a los particulares, por el vertido de residuos.
Este estudio incluiría un proyecto sobre los límites, cantidad y volumen de residuos almacenados, así como la previsión de capacidad de la escombrera, para establecer un funcionamiento más adecuado y acorde con los recursos, además de un estudio sobre la posterior restauración del espacio una vez clausurado. Según palabras del edil, este proyecto, el primero de estas características que se desarrollaría desde el ayuntamiento para regularizar la situación de vertedero, podría estar ultimado para el próximo año.