Manifiestos difundidos por la comarca.
En primer lugar, que dicho proceso no es la construcción de un Espacio Europeo de Educación Superior común, objetivo principal de las reformas pactadas por los gobiernos de la Comunidad Internacional, que pretenden permitir a los estudiantes de toda Europa trabajar y estudiar fuera de su país, en igualdad de condiciones que el resto. Tenemos esta convicción en el hecho de que las reformas se han orientado según las demandas del mercado laboral y no sobre la base de una formación que atienda a las exigencias teóricas de las disciplinas. Nos oponemos a la reducción y comprensión de Licenciaturas específicas a cuatro años y de algunas diplomaturas a dos, medida derivada de criterios mercantilistas.
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También exigimos que se cuente con la opinión y asesoramiento de profesionales de la educación, que además, son los más afectados en este problema, como profesores, investigadores y estudiantes.
Al hilo de lo anterior, reclamamos la disolución de la ANECA, organismo creado para regular las titulaciones en función de los criterios de utilidad y funcionalidad económicas, lo que significa un grave atentado contra la actividad académica y el libre desarrollo de la cultura y la educación. Por lo que reclamamos la total autonomía universitaria a la hora de juzgar la validez de las titulaciones, tal y como se hacía hasta ahora.
Respecto de la financiación, exigimos el mantenimiento y aumento de las becas tradicionales a fondo perdido y rechazamos que el modelo de beca-préstamo se convierta en prioritario. Ya que las becas deben ser competencia única del Ministerio de Educación y no de las entidades bancarias.
Por otra parte, las prácticas en las empresas deben remunerarse con salarios dignos y ser controladas por las organizaciones estudiantiles y los sindicatos de clase, ya que impiden al estudiante trabajar por falta de tiempo e impedirle de este modo costearse sus gastos.
Por todas estas razones y en consecuencia, expresamos nuestro rechazo ante el llamado Plan de Bolonia y la forma en que se está llevando a cabo su implantación. Responsabilizamos además, a las instituciones pertinentes de la desinformación en la que han mantenido a estudiantes, profesores y resto de la sociedad, teniendo en cuenta que este plan se aprobó en 1999 por los países integrantes de la Unión Europea.
Exigimos, por tanto, la inmediata paralización del Plan de Bolonia y el consenso con los sectores afectados para debatir las modificaciones al mismo.
Ya que está en juego, con la presente reforma, el futuro de la educación superior y por tanto, el futuro de la sociedad misma.