Estamos a horas de lo que para los Sajeños es el inicio del año. Esos 5 días llenos de magia, tradición y devoción por nuestro querido patrón San Blas.
Hace justo un año estábamos en el mismo lugar, pero los sentimientos eran muy diferentes. Habíamos tenido un enero lleno de alegrías, de empezar las fiestas un poquito antes con los aniversarios de las comparsas de Alagoneses y Turcos. Los Garibaldinos listos para su estrada desde el Picayo para celebrar su cena de hermandad, los cuartelillos de un sitio a otro con las compras definitivas, los festeros con el cambio de borlas de última hora y nuestros cargos festeros terminando los detalles de lo que iban a ser 5 días que quedarían es su memoria grabados para siempre.
Este 2021 la escena es muy diferente… los que ya no están con nosotros, las restricciones y esos trozos de tela que desde hace casi un año nos acompañan, hacen que estos días sean más agridulces que nunca.
Estaríamos a horas de ver a nuestras damas y reinas y nuestros capitanes sonreír y disfrutar de esa experiencia única, a los Cristianos desfilar con su elegancia característica, estaríamos a horas de notar la fraternidad y la integración que desprenden las comparsas de Caballeros de Cardona y la de Árabes Emires, a horas de ver a los Marruecos y los Moros con sus plumas al aire llenando las calles de color. Estaríamos a horas de ver las farolas iluminadas, de notar el olor a pólvora y a nuestros embajadores rindiendo la plaza.
Sabemos que es un año diferente, más triste, más gris, pero… ¿Qué es hacer un año de parón si así conseguimos disfrutar de todas las que vendrán después?
El año pasado fuimos unos afortunados y si queremos volver pronto a la normalidad hay que pensar en el bien común.
Desde la Mayordomía os animaos a seguir las restricciones, a demostrar que ante todos los Sajeños tenemos siempre presente la fraternidad, la devoción y el amor por San Blas para hacer las cosas bien, pero sobre todo por cada una de las personas que ya no están debido a esta desafortunada pandemia.
Esperamos que estos cinco días los pasodobles sigan sonando, las pasticas, los vasicos de mistela, los bailes y las risas sigan presentes en nuestras casas, que los balcones luzcan engalanados con las banderas y los pendones y que hagamos fiesta, pero de forma cívica y segura para todos.
Para terminar, recordar que, aunque nuestras puertas no estén abiertas nos tenéis disponibles por teléfono, mail o por aquí.
Solo nos queda desearos que todos estéis bien, que seamos responsables y que rememos todos en la misma dirección para poder volver a sentir pronto la magia e ilusión de nuestras queridas fiestas en honor a San Blas.
¡Viva Sax y Viva San Blas!