El nombre de Tibi está relacionado desde hace siglos, inexorablemente, a uno de los lugares más impresionantes y bellos de la provincia de Alicante: su pantano.
Aunque, para ser sinceros, más que al pantano, Tibi se aparenta con orgullo a la presa del mismo, de las más antiguas de Europa en funcionamiento.
Allí todo es verde… Incluso sus aguas. No en vano, el Pantano de Tibi se construyó con el fin de almacenar las aguas de un río muy curioso, que nace en la Sierra de Onil. En su curso alto, este río recibe el nombre de río Verde; a partir del pantano es cuando se llama propiamente río Monnegre, ya que el cauce atraviesa un manto de calizas triásicas negras, presentando las aguas esa coloración como reflejo del lecho por el que discurre; y al llegar a la Huerta de Alicante y hasta su desembocadura en Campello, recibe el nombre de río Seco debido a su falta de agua, provocado por el aprovechamiento íntegro para los cultivos.
Pero, antes de explicar la visita de hoy, hagamos un poco de historia.
En el año 1580, los 336 hectolitros de hora y media de duración en que había sido dividido el caudal del Río Monnegre llegaron a ser insuficientes para la agricultura alicantina.
Para remediar esta situación, la ciudad construyó a sus expensas un embalse entre los años 1580 y 1594. Fue levantado en el término municipal de Tibi, entre los cerros del Mos del Bou y la Cresta.
Las obras siguieron el diseño elaborado por los arquitectos Jorge Fratin, Juan Bautista y Cristóbal Antonelli. La contrata del pantano fue adjudicada a los maestros Joan Torres, Gaspar Vicent y Gaspar Córdoba, quienes en 1594 habían alzado la pared hasta los 196 palmos.
El coste total de la obra ascendió a 58.000 libras valencianas.
Por este motivo, la ciudad de Alicante quedó fuertemente endeudada, otorgando Felipe II en 1596 el beneficio de los diezmos obtenidos de las tierras novales regadas con el agua del pantano.
La construcción de la presa modificó radicalmente el sistema de riegos imperante hasta la fecha. Así, el caudal correspondiente al fluir natural del río siguió perteneciendo a los descendientes de los primitivos propietarios y pasó a denominarse agua vieja. El agua embalsada en el pantano fue igualmente fraccionada en 336 hectolitros de la Huerta a razón de un minuto por tahulla de tierra poseída.
Este agua era distribuída por medio de 11 acequias. Estas acequias atravesaban toda la Huerta Alicantina y se regían por un estricto cómputo horario, controlado por relojes de arena.
A poco de finalizar las obras del pantano, la pared sufrió un desperfecto en el año 1601 que lo mantuvo inactivo durante 3 años, viéndose obligada la ciudad a afrontar un nuevo gasto de 30.000 ducados.
La presa funcionó con normalidad hasta 1697, fecha en que padeció una nueva rotura como consecuencia de un sabotaje que la dejó inservible durante más de 40 años.
Desde entonces, la normalidad impera en su funcionamiento.
Para llegar al pantano, debemos tomar en San Vicente del Raspeig la carretera CV-805. No tiene pérdida. Todos la conocemos: es la carretera que parte de San Vicente y nos lleva directamente al Maigmó. Una vez en la gasolinera, hay dos formas: podemos ir por Tibi, cruzando el pueblo y siguiendo las indicaciones (acabamos en el centro del pantano), o coger la carretera que parte de la misma gasolinera y que está indicada como BIC (Bien de Interés Cultural).
A unos pocos kilómetros de la gasolinera, circulando por una pista asfaltada, nos encontramos con una valla metálica que nos impide continuar. Allí tenemos que dejar el vehículo y continuar andando.
Fuente: Alicante Vivo
Programa "La Brújula". Visitamos el Pantano de Tibi, 2018 from Intercomarcal TV on Vimeo.