La inseguridad ciudadana sigue estando en primera plana. Con una diferencia de treinta minutos se producían dos atracos a establecimientos en pleno centro de la ciudad y plena luz del día.
Pasadas las tres y media de la tarde, un encapuchado que portaba una navaja, asaltó a una cajera de un céntrico supermercado situado enfrente del Colegio Salesianos. Le pedió el dinero que tenía en caja, de lo contrario podía actuar. Visto el panorama por la empleada de manera rápida, el individuo adquirió el dinero llegándose a romper por la mitad algún billete. El susto por esta empleada veterana era notorio.
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Rápidamente se avisó a la Policía Local para intentar localizar al autor mientras que un empleado del conocido supermercado salió de tras de él.
Pasados unos treinta minutos, se alertaba de otro atraco en un lugar dedicado al recreo y ocio de pequeños. Una de sus trabajadoras narró a este medio que entró una persona con una pinta muy sucia y le pidió dinero, al negarse la misma, le sustrajo la cartera y se dio a la fuga rápidamente. Preguntada por los rasgos aseveró que vestía muy mal, portaba ropa sucia, manos de coger colillas y barba.
Los comerciantes de la zona a la hora de abrir sus establecimientos mostraron cierto pánico por lo sucedido. Piden más seguridad y menos promesas.