En los anales de la historia ferroviaria española, una línea de tren destaca como un vínculo entre el pasado y el presente: el Chicharra, cariñosamente conocido por la comunidad como el Xitxarra en valenciano. Este legendario ferrocarril de vía estrecha, operado por Ferrocarriles de Villena a Alcoy y Yecla (VAY), trazó su ruta desde 1884 hasta 1969, conectando regiones desde Cieza en Murcia hasta Gandía en Valencia.
Recorrer los caminos que alguna vez recorrió el Chicharra es sumergirse en una historia viva de locomotoras de vapor, vagones pintorescos y pueblos que encontraron su identidad gracias a esta línea ferroviaria. Conversando con Julio, Jerónimo y Juan Mari, es imposible no sentir la nostalgia y el aprecio por este icónico tren.
Para muchos, el Chicharra no fue simplemente un medio de transporte; fue un símbolo de progreso y conexión. Los ciudadanos recuerdan con cariño cómo el tren transportaba productos locales, permitiendo que sus mercancías alcanzaran nuevos mercados y brindando oportunidades comerciales a comunidades antes aisladas.
La historia del Chicharra está marcada por la tenacidad y el esfuerzo de quienes lo hicieron posible: ingenieros, trabajadores ferroviarios y las comunidades que apoyaron su existencia. A pesar de los desafíos y dificultades que enfrentó, el tren se mantuvo como un hilo conductor vital entre culturas, transportando pasajeros, mercancías y sueños a lo largo de su ruta.
Hoy en día, aunque los rieles del Chicharra ya no transportan vagones, su legado persiste en la memoria colectiva de aquellos que lo vieron pasar.