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Villena

El silencio de un dolor: Entrevista a Paco Alarcón, presidente de la Asociación Víctimas Niños Robados Alicante A.V.A

Villena se convirtió en el escenario de una de las conversaciones más profundas y desgarradoras sobre una de las tragedias más ocultas de la historia reciente de España: el robo de bebés. En el marco del ciclo de Memoria Histórica y con motivo de la proyección del documental “Morir tranquila. Bebés y madres robadas en tierras valencianas”, el presidente de la Asociación Víctimas Niños Robados Alicante A.V.A., Paco Alarcón, nos concedió una entrevista que arroja luz sobre una herida histórica aún no cerrada.

 

 

El documental dirigido por Sergi Tarín y producida por la Conselleria de Participació, Transparència, Cooperació i Calidad Democràtica de la Generalitat Valenciana, expone una cruda realidad: la sistemática separación forzada de bebés de sus madres a lo largo de varias décadas, especialmente desde la posguerra hasta bien entrado el siglo XX. Un documental de apenas 45 minutos que, no obstante, condensa el sufrimiento y la búsqueda incesante de justicia de quienes siguen sin encontrar respuesta a su dolor.

A la proyección del documental siguió un coloquio con el público y víctimas de la Asociación de Alicante, en el que Alarcón, quien lleva años luchando por la visibilización y reparación de esta tragedia, compartió su perspectiva y experiencia al frente de la AVA.

Una lucha incansable por la verdad

Paco Alarcón comenzó su intervención recordando que la Asociación de Alicante fue fundada en 2009, tras más de cuatro décadas de silencio y olvido institucional. Según explica, “lo que más nos duele es la indiferencia oficial y la falta de legislación específica sobre el robo de bebés”. Aunque la AVA tiene constancia de miles de denuncias presentadas en los juzgados, estas han sido sistemáticamente archivadas, lo que ha generado una sensación de impotencia entre las víctimas.

“No hay cifras oficiales que reflejen con precisión el número de afectados, pero sabemos que la realidad es mucho más grande de lo que se reconoce públicamente. Desde 1951 hasta 1990, en el cementerio de Alicante se han registrado 10.226 enterramientos de fetos y bebés, muchos de los cuales podrían estar vinculados a prácticas de robo de bebés. Sin embargo, no se ha hecho nada para esclarecerlo”, explicó Alarcón.

En sus palabras, la historia oficial aún guarda silencio sobre un asunto que, a pesar de su amplitud, permanece al margen de la memoria colectiva. “Se ha tratado de ocultar, de callar a las víctimas y de proteger a los responsables”, denunció con firmeza.

El proceso de separación: la perversión de la maternidad

El documental “Morir tranquila” recoge algunos de los testimonios más desgarradores de madres que perdieron a sus hijos en circunstancias inexplicables, o de aquellos que buscan respuestas sobre su origen biológico. Para Alarcón, los relatos de los afectados muestran un patrón sistemático: “Las madres eran engañadas, se les decía que sus hijos habían muerto al nacer o que no podían vivir. En muchos casos, simplemente les arrebataron a sus bebés y los entregaron en adopciones irregulares”.

El proceso de separación de los niños de sus madres no solo fue una violencia física y psicológica, sino que también se sustentaba en una estructura legal y moral que pretendía dar cobertura a estas prácticas. A menudo, los bebés robados eran entregados a familias sin escrúpulos que pagaban grandes sumas de dinero a clínicas, hospitales o incluso a personas intermedias. Un sistema corrupto que, en muchas ocasiones, aprovechaba la vulnerabilidad de las madres solteras, pobres o de origen rural.

Alarcón describe esta situación como una “pérdida doble” para las víctimas: la separación forzada de la maternidad y la interminable búsqueda de la verdad. “Lo que más queremos es saber la verdad, qué ocurrió con nuestros hijos. Pero también queremos que se haga justicia, que los responsables, quienes permitieron o ejecutaron estos robos, paguen por lo que hicieron”, subraya.

La importancia del documental: visibilización y memoria

El presidente de la AVA reconoce que iniciativas como “Morir tranquila2 son esenciales para que la sociedad se enfrente a esta parte oscura de su historia reciente. “El documental es una herramienta poderosa porque permite que el público vea y entienda la magnitud de lo ocurrido. Muchas veces, esta tragedia ha sido invisibilizada, pero ya es hora de que la verdad salga a la luz”, declaró Alarcón.

Aunque las perspectivas de reparación jurídica y social siguen siendo limitadas, las víctimas y sus familiares no pierden la esperanza. Según Alarcón, la clave para avanzar radica en la presión social y en la visibilización de los casos. Asegura que la AVA ha logrado algunos avances, como el reconocimiento de la gravedad de la situación por parte de la Generalitat Valenciana y la apertura de una serie de investigaciones judiciales que, aunque lentas, ofrecen una luz al final del túnel.

Sin embargo, Alarcón insiste en que la lucha no se detendrá hasta conseguir justicia plena. “No se trata solo de encontrar a los niños robados, se trata de garantizar que algo así nunca más vuelva a ocurrir. Necesitamos leyes claras, investigaciones transparentes y, sobre todo, un compromiso real de las instituciones para reparar el daño causado”, concluyó.

La proyección del documental y el posterior coloquio en Villena sirvieron como un recordatorio de que la memoria histórica no solo es necesaria para sanar las heridas del pasado, sino también para construir un futuro más justo. La lucha de la Asociación de Alicante sigue viva, y con ella, la demanda de verdad, justicia y reparación por las víctimas del robo de bebés en España.

La memoria histórica exige ser escuchada, y las víctimas del robo de bebés tienen derecho a que su historia sea conocida.


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