En una reciente edición de “La Brújula”, tuvimos la oportunidad de visitar la Sala Temporal del Museo de Villena (MUVI) y descubrir su fascinante colección etnográfica. Este programa, que se dedica a explorar y difundir el patrimonio cultural, nos llevó a un viaje a través de la historia local y la riqueza de sus tradiciones.
La última sala del nuevo MUVI, en esta primera fase, es la bautizada como Jerónimo Ferriz. Un total de 194 metros cuadrados que albergará la muestra ‘Ciento cincuenta de 15.000. Villena, una mirada etnográfica’, una selección de objetos que ilustran la memoria colectiva de Villena de un siglo (1858-1958). El recorrido comienza con la llegada del ferrocarril en 1858, que supuso el inicio de la modernización económica e industrialización. La agricultura exportadora, el vino, el alcohol, el mueble, la sillería y el calzado fueron las actividades protagonistas de este fenómeno. La antigua aristocracia local y la naciente burguesía, fueron las grandes beneficiadas.
En el ámbito del proyecto ‘El Prado Extendido’ el MUVI expone las tres obras conservadas en la actualidad en los almacenes de la pinacoteca nacional. Se trata de dos lienzos del pintor villenense José García Hidalgo: ‘San Juan Bautista niño’, datado sobre la segunda mitad del siglo XVII y ‘San Agustín repartiendo bienes de los ricos entre los pobres’, en este caso una obra de gran formato en óleo sobre lienzo de 212 x 307 centímetros perteneciente al conjunto de 27 pinturas sobre la vida de San Agustín que decoraba el claustro principal bajo del Convento de San Felipe el Real, en Madrid. En el contrato también se incluye un retrato de Isabel II, de autor anónimo.
Además, el MUVI ha realizado un esfuerzo notable por involucrar a la comunidad en la preservación de su patrimonio. La organización de talleres y actividades en torno a la colección etnográfica fomenta un sentido de pertenencia y aprecio por la historia local, algo que se palpó en el ambiente durante nuestra visita.
La Brújula se despide del MUVI con una sensación renovada de conexión con la historia y la cultura de Villena. La visita no solo nos permitió aprender más sobre la vida cotidiana de nuestros antepasados, sino que también nos recordó la importancia de valorar y preservar nuestro patrimonio cultural. A medida que avanzamos hacia el futuro, iniciativas como esta son cruciales para mantener vivas nuestras tradiciones y enriquecer nuestra identidad colectiva.