La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villena, a través de la Casa de la Cvltvra, y con motivo del centenario del pintor Manuel González Santana, albergará una exposición organizada por la Obra Social de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, Antológica, Manuel González Santana (1904-1994), cuya inauguración tendrá lugar hoy jueves 11 de noviembre de 2004, a las 20:30 horas, en la Sala de Exposiciones de la Casa de la Cvltvra, y que posteriormente será expuesta al público, desde el día 12 hasta el 3 de diciembre, en horario de 18:00 a 21:30 horas, de lunes a viernes.
La obra de Manuel González Santana se divide en 4 etapas:
El anhelo y la pasión (1904-1939)
El pintor alicantino Manuel González Santana comenzó a destacar a partir de su muestra individual en el Ateneo, en 1934, cuando Emilio Varela brillaba como un faro entre los más jóvenes. Desde esos momentos, el autodidacta Santana decidió hacer compatible su empleo en el Banco Hispano Americano con su auténtica vocación, la pintura. El contacto con la naturaleza, la lección de los postimpresionistas gracias a la lectura de las revistas de arte en el Ateneo y sobre todo su sensibilidad, le conducen a apasionarse por cuanto le rodea. Poco a poco va creando el mapa cercano de su universo pictórico: la Albufereta, Vistahermosa, Santa Faz Cuando estalló la guerra, la decisión de constituirse en milicias de la cultura fue el denominador común de los jóvenes artistas plásticos, encuadrados en Altavoz del Frente.
El ansia de luz (1940-1951)
Tras la guerra, como tantos otros, sufrió un proceso de depuración que le impidió volver a su empleo y estuvo en la cárcel durante varios meses. Allí dibujó sobre frágiles soportes algunas escenas carcelarias, varios retratos de amigos e incluso un precioso cuento para su hija Rosa. Al salir se dispuso a desarrollar como un aficionado ansioso de verdadera luz su obra pictórica y a participar en las escasas muestras locales (Ayuntamiento, Educación y Descanso, Diputación ). Al final de la década, Santana gana en matices y en vibración cromática mientras suelta lastre por el lado de las formas y del claroscuro, adquiriendo una voz decididamente personal. En 1950 fue seleccionado en la Nacional de Bellas Artes. Un verano muy productivo, fue la antesala de su exposición en la madrileña galería Biosca y de las Bienales del Instituto de Cultura de Hispánica (Barcelona, La Habana, Manila ).
Desde Villena (1952-1971)
Tras el nuevo destino laboral, Santana se integró con su familia en la vida social, festera y cultural de esta ciudad, estableciendo buenas amistades entre los villenenses. Aquí se deja sorprender por otras tierras más broncas e infinitas en su creciente horizontalidad, por otros colores más oscuros y rojizos. El interés por el gesto pictórico y la armonía cromática le lleva a esparcir colores cada vez más puros introduciendo toques de espátula entre las pinceladas. Su independencia de criterio no le impidió estar atento al arte contemporáneo, sobre todo a Cézanne, a quien se acerca en el modo de construir, la dirección del gesto pictórico, el esqueleto arbóreo o la presencia de la montaña sobre el valle. Sus paisajes del Amerador, la Condomina, Calpe, Biar, Vistahermosa o el Puig Campana forman parte ya de nuestro patrimonio artístico.
De vuelta a Alicante (1971-1994)
Casi doscientas exposiciones a lo largo de su dilatada vida. Es el momento de restablecer el contacto con viejas amistades, regularizar las tertulias e iniciar nuevos proyectos. En sus paisajes, flores y bodegones tiende al aprovechamiento de las materias previamente tapadas, además de resolver ciertas zonas con algunas semiveladuras. Su interés por la figura y el retrato parece rebrotar en estos años.
Estamos sin duda ante una excelente ocasión de disfrutar parte de lo mejor de Santana, artista que vivió en Villena durante casi dos décadas y que sin duda, influyó en su obra.