Isidro Gosálbez Ríos
El pasado día dos de Septiembre de 2024, cedí una de mis obras al Museo de la Casa del Festero.
Y debido a esas muestras de apoyo, de cariño y felicitaciones que he recibido de mucha gente por esta cesión. Quisiera explicar un poco lo que es y ha sido esta obra para mi. Esta obra ha estado en mi
estudio desde su ejecución, primero por una razón emotiva (Manolo y yo fuimos muy amigos desde nuestra infancia) y después porque son de esas obras que decides quedarte, por lo satisfecho que te has quedado al verla terminada. Primero, hice un boceto -por así llamarlo-, mucho más elaborado que lo que luego sería el cuadro definitivo.
Era un boceto o estudio previo muy construido y perfilado, pues necesitaba conocer la silueta, la pose, la caída del cuerpo de Manolo. Una vez estudiado y procesado lo que quería hacer, utilicé ese boceto para llevar a cabo la obra definitiva. …Y ahí ya me permití el lujo de destrozar, manchar y dar por concluida una obra inacabada, resultando ésta más boceto que obra terminada; eso sí, con mucha más plasticidad y mucho más suelto que el boceto inicial. Así pues, hemos invertido el proceso: la obra final parece un boceto y el boceto parece una obra terminada. Acabada que consideré la obra, el boceto se lo regalé -como no podía ser de otra manera- a mi amigo Manolo. Podéis imaginaros la cara de Manolo… Desprenderme de una obra así es algo que he tenido que meditar largamente, pues la parte personal
pesa mucho a la hora de dar el paso. Y más cuando es una obra que hace ya mucho tiempo decidí que formaría parte de mi colección privada. Pero, al final, ¿qué significado tiene que este tipo de obras tan emblemáticas se queden encerradas en una colección privada, donde solo su dueño pueda disfrutarlas? Y me di cuenta de que el sitio de Manolo no estaba en mi casa. Manolo debe de estar en la Fiesta, su recuerdo debe de perdurar. Manolo fue (y sigue siendo) toda una institución dentro de la Fiesta, como profesional artesano, como festero y como uno de los mejores cabos que ha dado esta tierra. El sitio de Manolo está en la Casa del Festero.