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Villena

“La lectura y las bibliotecas”, por Gonzalo Trespaderne

LA LECTURA Y LAS BIBLIOTECAS

El pasado viernes 11 de noviembre tuve el honor de ser convocado a una mesa redonda organizada por la Biblioteca de Briviesca para celebrar su 75º Aniversario.

En ella, las personas participantes coincidimos en que desde nuestra infancia hemos disfrutado de entrañables vivencias (a solas o en compañía) en estos mágicos lugares en los que suelen producirse maravillosos descubrimientos.

En mi caso, añadí que me sirvieron diariamente para llevar a cabo las tareas encargadas mientras cursaba la carrera universitaria y después, cuando necesité acometer búsquedas de bibliografía especializada a fin de elaborar la tesina y la tesis doctoral, con la ayuda de bibliotecarias y bibliotecarios que me enseñaban a utilizar diversas bases de datos. Finalmente, me han aportado preciosos momentos cuando iba con mi mujer, hija e hijo a la Miguel Hernández o a la Paz, en Villena, a ver qué podían ir hojeando o leyendo a medida que crecían, y a sacar prestados cuentos para cada noche de la semana.

Luego, la segunda parte de la charla estuvo dedicada a plantear cómo conseguir que las nuevas generaciones sigan yendo a las bibliotecas. Se discutió si ahora leen poco, o no es así; si es lo mismo leer un texto corto en las redes sociales que una obra literaria… Yo, como profesional de la enseñanza, aporté que año tras año compruebo que se escribe bastante literatura adaptada a las diferentes edades, y que hay bastantes jóvenes que leen (como los 50 ó 60 que forman parte del club de lectura de mi instituto), algunos en gran cantidad. Es verdad que a otros les cuesta más. Pues entonces sí se hace necesario adoptar medidas como minutos de lectura “obligatorios” en las aulas, o aquellas que tengan que ver con la dinamización de la biblioteca: asistencia de autores que expliquen su trabajo, cuentacuentos, teatralizaciones, etc. Todo esto, unido a la creación de espacios conectados que resulten más acogedores, en rincones apartados o que por contra favorezcan la socialización en zonas arboladas del patio, o en parques y jardines de la ciudad.

Es un hecho que las nuevas tecnologías y las nuevas propuestas para ocupar el tiempo de ocio hacen difícil encontrar ratos libres para leer. Pero también es verdad que, con apoyo en casa, en el colegio y en el instituto (más el que se ha de ofrecer a nivel institucional), es una actividad que in duda continuaremos realizando. A través de soportes digitales o en papel, mientras haya cosas interesantes que contar, los seres humanos seguiremos leyendo. Porque nos damos cuenta de que con lo escrito no ocurre lo mismo que suele ocurrir con lo audiovisual: se presta mejor a una parada donde quieras, el tiempo que haga falta, para interpretar, recordar, relacionar o imaginar sin límites.


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