Pasadas las elecciones llega el momento de la reflexión. En el PP se han hecho las cosas rematadamente mal y hay que decirlo alto y claro. Para mi, el hundimiento empezó a gestarse cuando las egolatrías de Camps y Ripoll nos hicieron embarcarnos en una lucha interna que no ha hecho más que desmembrar un partido que a pesar de todos sus errores era fuerte. Aquella época fue muy dura y pasado el tiempo te das cuenta lo equivocado que estabas al defender a las personas (jefes del partido) por encima del propio partido. Aquello hizo que en muchos sitios se crearán partidos alternativos, muchos gestados desde dentro del propio partido con tal de que los partidarios de uno y de otro se fueran al carajo y así nos fue en 2011 donde se perdieron por estas gilipolleces las alcaldías de Benidorm, Orihuela, Alcoy y Villena. Desde entonces poca reflexión interna se ha hecho, nadie ha querido ver que o se cambiaba aquella dinámica o este iba a ser un factor más para llegar a donde hemos llegado. Los que crearon aquellos partidos (desde dentro) perdieron el control sobre ellos porque en muchos sitios el enfrentamiento era más personal que ideológico, ello ha hecho que en este 2015 haya sido nuevamente un factor que ha disgregado el voto que en un tiempo fue PP. Si a esto le sumamos que desde Madrid se han ocupado vehementemente de recuperar la economía (cosa que en cifras macroeconómicas se da, pero que el ciudadano de la calle sigue sin apreciarlo en su casa) y se ha descuidado lo importante, las personas, nuestros votantes se han contagiado de la indignación y se han decantado por otras opciones o se han abstenido.
Si hablamos de la comunidad valenciana, los impagos por arrastrar una mala gestión económica han creado un caldo de cultivo estos cuatro años que se ha trasladado a las urnas en forma de castigo. Además si le añadimos que cada dos por tres salta un caso de corrupción y no del concejal de turno del pueblo más pequeño, sino de altos cargos del partido y de la administración, pues suma y sigue. Y si a todo esto le sumamos que todavía hay personas que a pesar de no tener ya cargos en el partido siguen mandando y se les consiente que mangoneen en las listas y en los candidatos, apaga y vámonos.
No se ha hecho la reflexión correcta, las guerras ególatras, deberían haber terminado cuando aquellos desaparecieron de la primera línea, se debería haber dado un paso adelante y haber al menos intentado integrar a los que en las diferentes ciudades estaban enfrentados con las diferentes ejecutivas del partido y no se ha hecho, es más, en algunos sitios se ha agudizado la crisis y se han hecho más divisiones que han disgregado más si cabe el voto. Hoy algunos de los que se fueron rebotados a otros partidos, han cogido fuerza y se vengan de las personas y creo que se equivocan, las venganzas en política no son buenas, se olvida el interés general y se anteponen los personalismos, aunque se quieran disfrazar.
En mi ciudad, Villena, no hemos sido ajenos a todo esto y el reflejo ha sido la pérdida de 3.500 votos y tres concejales con respecto a las últimas municipales (yo desde luego no puedo eludir mi responsabilidad porque también he sido parte de ello).
Cuando decidí no optar a ser candidato en Villena, muchas fueron las variables que influyeron, la principal mi familia, pero muchas otras son las que he descrito aquí.
Creo que la reflexión que se debe hacer en todos los niveles del PP debe ser muy profunda y cambiar muchas cosas. No se pueden hacer declaraciones como que Podemos es un peligro para la democracia. ¿Pero en que país vivimos? Estamos en pleno siglo XXI, nuestra democracia está más que consolidada y si alguien quisiera acabar con ella, no le dejaríamos, de eso estoy seguro, e igual que las urnas los aúpan,más mismas los hundirían.
Dicho esto, me quedan pocos días en esto de la política, no sé si algún día volverá a ilusionarme, en este momento desde luego no. No soy muy dado a reflexionar por estos medios y no creo que una vez dicho lo dicho, vuelva a hacerlo.
Y para terminar, mi enhorabuena a Los verdes en Villena, espero que sepan gestionar la mayoría absoluta que el pueblo les ha dado, y a los demás, pues eso, que es tiempo de reflexión ya que las urnas han puesto a cada uno en el sitio que el pueblo ha querido.