Se viene anunciando, como si de un gran espectáculo deportivo fuera, una intervención militar a Siria con la excusa, bien tramada y publicitada por los medios de comunicación occidentales, de un ataque con armas químicas. Se hayan usado o no armas químicas en Siria, este hecho no justificaría la agresión a un país con toda la escalada bélica que conllevaría y el incremento de sufrimiento sobre la población civil.
Contra ese posible uso de armas químicas se debe actuar con la presión internacional sobre los contendientes y el embargo de armas y cuentas bancarias a ambos bandos como la opción más válida para intentar solucionar el dramático conflicto. Estar en contra del uso de armas químicas, y de otras, no significa tener que apoyar la intervención militar. Y ser contrarios a ésta no implica que estemos a favor del régimen de Asad. El Asad ha provocado en los 2 años de objetiva guerra civil más de 200.000 muertos, la inmensa mayoría civiles, y 2 millones de refugiados.
Ya sabemos cómo funciona y transcurre los hechos a través de los ejemplos de Irak y Libia: destruir el país para luego reconstruirlo, además de sacar y utilizar su maquinaria militar de la muerte para reponerla haciendo negocio con las empresas armamentísticas y por supuesto, el control del las multinacionales petrolíferas sobre la zona. Estas son las verdaderas razones que llevan a la intervención militar en Siria, un país soberano, que se anuncia en cuestión de horas.
El derecho internacional no admite una intervención militar en Siria y el derecho de injerencia para evitar una catástrofe humanitaria debería practicarse de manera preventiva y con medios que no supusieran mayor daño a la población civil.
Estamos convencidos de que un ataque de Estados Unidos a Siria supondría una escalada bélica sin precedentes en el conjunto de Oriente Medio, como supuso la guerra en Irak un incremento de la violencia en ese país, teniendo en cuenta la posición de Irán y la situación de máxima tensión entre Israel, Líbano y Palestina, la grave situación política en Egipto y el desestabilizado Irak.
Desde el Partido Verdes de Europa estamos en contra de cualquier tipo de violencia, y evidentemente, en contra de una intervención militar. Creemos que la solución a cualquier conflicto está en el diálogo y nunca en la guerra, la cual siempre deja ganadores y vencidos y son caldo de venganzas y futuros nuevos conflictos.
En una comunidad de 193 países democráticos, debe imponerse el diálogo y la negociación. Por lo tanto, exigimos a nuestros representantes que rechacen la intervención militar en Siria. Pedimos al Gobierno de España que se manifieste contra el uso de armas químicas, se oponga a la intervención militar en Siria, y al mismo tiempo, proponga en Naciones Unidas medidas de presión activa y embargo de armas y cuentas bancarias de los dos bandos, para impedir que continúe la guerra civil en Siria y forzar una salida pacífica y democrática al conflicto.
No hay camino para la Paz, la Paz es el camino – Mahatma Gandhi
Verdes de Europa, Asamblea de Villena