Durante siglos las mujeres no han tenido espacios donde debatir problemas específicos que les afecta especialmente a ellas. Como resultado las mujeres han sido sometidas a un sistema dominado por los hombres y en los cuales su presencia y representación es nula, escasa o poco representativa.
Hasta no hace mucho las reuniones organizadas y protagonizadas por mujeres tenían como fin último compartir actividades comunes y hablar de cuestiones cotidianas, en muy pocos casos estas reuniones tenían como objetivo el debate sobre los mecanismos que las mantiene en la desigualdad y la discriminación. Sin embargo, cada vez más grupos de mujeres se organizan para tratar y compartir experiencias relacionadas con las cuestiones de género, así como para indagar en los factores que lo crea, facilita y mantiene.
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Durante los últimos seis años un grupo de mujeres se reúnen en Villena en el Centro de El Cerezo para compartir y analizar inquietudes personales, sociales, culturales, políticas, filosóficas, mujeres de diferentes ámbitos como el legal, asociativo, sindical, rural, vecinal, empresarial, Este grupo ha evolucionado en número, temáticas, análisis de las problemáticas que afectan a las mujeres de nuestro tiempo, aportando reflexión a la lucha socio-política feminista.
La interculturalidad tiene en la actualidad más sentido que nunca. Tras los procesos globalizadores que provocan movimientos migratorios importantes y que afectan de forma acuciante a la población femenina. La globalización mundial ha sacudido de forma más impactante a los países más desfavorecidos, dañando de forma más acusada a la población femenina. Uno de los claros efectos ocasionados por el fenómeno globalizador es la feminización de la pobreza.
La inclusión de la variable multicultural en estos encuentros es la prueba de que las mujeres cuentan con una situación de desigualdad, y como consecuencia se ve discriminada, en todas las sociedades pertenecientes a todas las culturas. Por lo tanto, se habla de una situación generalizada de la mujer a nivel mundial, es decir, los problemas que las mujeres experimentan en una cultura se manifiesta en el resto.
Obviamente se debe hablar de que las mujeres pertenecientes a la cultura occidental, tras décadas de lucha, han logrado mayores avances y logros al contar con un contexto democrático que lo ha permitido. Sin embargo, en aquellos países donde a la mujer se le ha despojado incluso de todo derecho legal, se encuentra en una situación no sólo de mayor discriminación, sino que se convierte en un atentado hacia los derechos fundamentales de las personas. Estos factores comunes que unen a todas las mujeres crea la necesidad de aunar y compartir fuerzas, ideas e iniciativas en diferentes partes del mundo.
Estos encuentros resultan reveladores para todas las mujeres, animándolas y reforzándolas para tener conciencia propia y feminista, es decir, para luchar en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Una vez alcanzada esta conciencia individual se crea la colectiva, la que hace sentir que se trata de problemas condicionados a un género. Este sentimiento colectivo es lo que hace que las mujeres extendamos redes de apoyo mutuo y reflexión conjunta que permita cambiar esta sociedad. La consecución de este gran objetivo pasa por la unión y la complicidad entre las mujeres.
La riqueza de estos encuentros se centra en la puesta en común de iniciativas llevadas a cabo por mujeres con diferentes responsabilidades y desde distintos ámbitos de referencia provocan la transformación social. Las diversas visiones de una misma realidad crean diferentes estrategias para afrontar objetivos comunes. El compromiso y la adquisición de retos adquirido es llevado a lo personal y lo profesional.
Este es un compromiso ya que se trata de dedicar tiempo y esfuerzo a su organización y participación. Generalmente este tiempo se resta al tiempo libre y de ocio del que se dispone. Esto hace que la creación de espacios comunes suponga un esfuerzo para aquellas mujeres que están preocupadas por los cambios y avances sociales sean una realidad. Este proyecto no sólo implica un objetivo global y colectivo para la trasformación de la sociedad. Supone un refuerzo para fortalecer las conciencias ya creadas en muchas mujeres que están liderando esta transformación desde cada uno de sus ámbitos, posiciones y responsabilidades.
El sentido de crear espacios exclusivos para mujeres se fundamenta en el tipo de relaciones que se establecen entre mujeres y los grupos mixtos. Mientras las mujeres son relegadas a un segundo plano por los varones, y en los cuales, mayoritariamente, se tratan temas de interés social pero sin ninguna perspectiva de género, dando lugar a un escaso avance para las mujeres. Desgraciadamente, en muchos grupos mixtos organizados no se realiza un bordaje de los temas que afectan casi exclusivamente a las mujeres desde un punto de vista adecuado, provocando una invisibilidad y estancamiento de la problemática y, como extensión, de la situación de las mujeres. Sin embargo, los espacios creados por y para mujeres permiten el respeto al principio de igualdad, imponiendo un análisis desde el punto de vista feminista y garantizando una visión de género en las problemáticas a debatir.
Uno de los puntos más importantes de estos encuentros son las redes que se crean entre las mujeres. Estas redes proporcionan contactos entre las mujeres, así como información compartida que se extienden a otros espacios, teniendo un efecto multiplicador. La idea última es intercambiar opiniones e impulsar nuevas iniciativas, así como coordinar acciones comunes que puedan tener una repercusión social.
La organización de estos encuentros fomenta la presencia y la participación de las mujeres en otros espacios. El empoderamiento de las mujeres es la finalidad última de este tipo de encuentros. El hecho de que las mujeres sientan que su voz es importante y que tienen ideas y pensamientos importantes para transmitir. Esto provoca una sensación de seguridad y confianza que les confiere un poder personal para afrontar el reto de la consecución de una situación de igualdad con respecto a los hombres. El trabajo que se realiza en este tipo de grupos no debe quedar en el propio grupo sino que debe tener una repercusión a nivel social.
2.- Objetivos:
Objetivo general: Empoderar a las participantes para aumentar su poder personal a la hora de afrontar situaciones de desigualdad.
Objetivos específicos:
Compartir experiencias de mujeres de diferentes culturas.
Ofrecer nuevas ideas y estrategias para la transformación social hacia la igualdad de los géneros.
Visibilizar el trabajo de las mujeres en los diferentes ámbitos.
Crear redes entre las mujeres para compartir información y opiniones.
Fomentar la unión y la complicidad entre mujeres.
Promover la participación y la presencia social de las mujeres en los ámbitos públicos.
3.- Contenidos.
Este encuentro lleva por título Una mirada feminista de nuestra sexualidad. Se analizará la vivencia de la sexualidad femenina y sus matices.
4.- Calendario.
Viernes 19 de mayo.
20:00 h. Mesa redonda.
Sábado 20 de mayo.
9:00 h. Bienvenida y entrega de carpetas.
10:00 h. Presentación del encuentro.
11:00 h. Charla coloquio La privacidad del cuerpo y la globalización global por Rosa Cobo Bedia.
12:00 h. Coloquio.
14:00 h. Almuerzo.
16:30 h. Taller de trabajo La sexualidad de las mujeres desde el análisis feminista por Rosario Altabe Vicario (Primera parte).
18:00 h. Descanso.
20:30 h. Finalización de la primera parte del taller.
21:30 h. Cena.
22:30 h. Cuentacuentos.
Domingo 21 de mayo.
10:30 h. Taller de trabajo La sexualidad de las mujeres desde el análisis feminista por Rosario Altabe Vicario (Segunda parte).
12:30 h. Descanso.
14:00 h. Cierre y despedida.
14:30 h. Almuerzo